Priebke se opondrá hoy ante el juez de apelación a ser entregado a Alemania
El ex capitán de las SS Erich Priebke, encarcelado en Roma a la espera de que Alemania pida formalmente su extradción después de que un tribunal militar le pusiera en libertad el pasado jueves, será interrogado a las diez de la mañana de hoy por el presidente de la IV Sección del Tribunal de Apelación de la capital italiana, ante el que, según anunció su abogado, se opondrá a ser entregado a su país.
Alemania confirmó ayer que, junto a la de Priebke, pedirá también la extradición de Karl Hass, el ex comandante jefe de la VI Sección de las SS en Roma, dedicada a la propaganda, que ha reconocido haber participado también en la matanza de marzo de 1944. Hass supo de la orden cursada a Interpol por la Fiscalía de Dortmund, que persigue los crímenes nazis, en una clínica de las afueras de Roma, donde al menos hasta ayer se encontraba internado y sometido a fuerte vigilancia, tras un breve paso por el hospital militar, al haberse roto la pelvis cuando intentaba huir por una ventana del hotel donde se alojaba. Pocas horas después habría tenido que testificar en el juicio contra Priebke, pero, al parecer, recibió una llamada telefónica durante la noche que le hizo cambiar de opinión.El nombre de Hass fue sacado a colación por Priebke durante el proceso y se dijo dispuesto a contarlo todo, pero posteriormente dio marcha atrás e intentó desaparecer al percatarse de que se estaba autoinculpando del mismo crimen por el que veía en el banquillo a su conmilitón. Para la Fiscalía de Roma, este ex comandante nazi está sólo en situación de investigado, y no sometido a procedimiento alguno de restricción de libertad.
Bonn ha decidido procesar a los dos ex oficiales de las SS, pero con un curioso retraso. Hass fue un agente muy conocido por los agentes secretos alemanes e italianos. Con estos últimos y con los norteamericanos colaboró en diversas ocasiones y nunca se escondió especialmente. Muchos fingieron creerlo muerto y sólo ahora parecen haberse dado cuenta de que era un criminal.
Si fuese procesado y llevado ante el Tribunal Militar de Roma, no sería juzgado por Agostino Quistelli, el hombre que, pese a condenarlo, aplicó a Priebke tantas atenuantes que tuvo que decretar su libertad, levantando con ello un escándalo que aún no se ha apagado. Quistelli ha anunciado que se abstendría por motivos de oportunidad.
Las peticiones oficiales de extradición llegarán al Ministerio de Justicia italiano en los próximos días, pero tendrán que esperar. El fiscal militar y los abogados de las partes civiles los familiares de las víctimas y la comunidad judía presentaron ayer un recurso contra la decisión que rechazaba la petición de recusar al juez Agostino Quistelli, quien antes de iniciarse el proceso dijo que Priebke no podía ser condenado. Si se aceptara el recurso, la sentencia quedaría sin validez.
Desde la cárcel de Regina Coeli, donde hoy será interrogado, Priebke ha iniciado el contraataque. Su abogado, Elio di Rezze, presentará antes de mañana una denuncia contra el ministro de Justicia, el subsecretario de Defensa y el fiscal de la causa por secuestro. Se queja así por las ocho horas pasadas desde que el Tribunal Militar ordenó la libertad del ex oficial de las SS hasta la orden de nueva detención provisional tras haber anunciado Alemania que iba a solicitar la extradición, un subterfugio legal que, encontró el Gobierno italiano para aplacar los sarpullidos producidos por la sentencia y calmar a los centenares de personas que, como protesta, invadieron el Tribunal Militar de Roma y produjeron diversos incidentes.
Queda también por aclarar un escándalo denunciado por la Fiscalía Militar de Padua, relativo a decenas de documentos sobre crímenes cometidos durante la ocupación de Italia por los nazis, que alguien en los años sesenta habría ordenado archivar y ocultar ilegítimamente para que no salieran a la luz.
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