Los zapatistas llaman desde la selva de Chiapas a un referéndum mundial "contra el neoliberalismo"
A falta de mayores conclusiones, el subcomandante Marcos jefe de la guerrilla zapatista y anfitrión del Encuentro Intercontinental contra el Neoliberalismo, celebrado en Chiapas (México), clausura el sábado el evento con la propuesta de una "red de resistencia" por la humanidad y una consulta mundial "contra la liberalización económica". Concluye así este foro que ha traído hasta el poblado de La Realidad, en la selva chiapaneca, a unos 3.000 representantes de variopintos sectores contestatarios de Europa (España, Francia e Italia se llevan a palma) y América.
En su comunicado, firmado desde el "planeta Tierra", Marcos diseña ya el programa de acción: un referéndum mundial para la primera, quincena del próximo diciembre en el que los participantes deberán ratificar su posición contraria al neoliberalismo; una "red intercontinental de comunicación alternativa por la humanidad" y un segundo encuentro mundial para mediados de 1997 en. Europa.Intensas jornadas han vivido las comunidades indígenas de la zona, cuyos habitantes han asistido, silenciosos y ocultos con pasamontañas, a sesiones de poesía erótica, declamaciones teatrales, explicaciones sobre los métodos de okupación de viviendas y reuniones energéticas.
Las 300 ponencias presentadas en cinco mesas de debates han sido variadas. La mesa cultural no llegó a ningún acuerdo sobre el compromiso político del artista, pero sí hubo unanimidad en la creación de un Museo de Arte Contemporáneo Zapatista. La mesa económica dejó pendiente el papel del Estado, pero aprobó la supresión de la deuda externa, una red de acciones contra el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y "la despenalización de las drogas blandas para destruir la conexión entre poder, finanzas y narcotráfico".
Otras intervenciones han abogado por la abolición de la ONU, la eliminación de los manicomios, una nueva definición del tiempo cósmico, la creación de una red de mujeres feministas y lesbianas internacionalistas y otra más de mujeres contra el neoliberalismo patriarcal.
Hubo enojos: el de un grupo de artistas franceses a quienes no se permitió montar un cabaré y el de las feministas, que protestaron por ser relegadas a un subgrupo en una mesas.Y hubo también dos concesiones al neoliberalismo: la Cocacola, refresco inseparable de las comunidades indígenas, y el cobro de cuotas en dólares, que han dejado, al cambio, más de 30 millones de pesetas, sin contar con lo conseguido de la venta in situ de publicaciones, vídeos y camisetas del subcomandante Marcos. Los organizadores del evento aseguran que el dinero se destinará a las comunidades.
Los llamamientos al mundo de la tolerancia y la libertad se simultanearon con alardes de fusiles Kaláshnikov y con algunos vetos a la prensa, lo que ha provocado la protesta de varias organizaciones, como Reporteros sin Fronteras y la Asociación de Corresponsales en México.
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