España busca apoyo de EE UU para negociar su papel en la nueva OTAN

El ministro de Defensa, Eduardo Serra, viajará en septiembre a Estados Unidos para buscar el apoyo de la Administración norteamericana a la incorporación de España a la nueva estructura militar de la OTAN.Serra pretende el decisivo respaldo de Washington en una negociación que se presenta compleja y en la que Madrid persigue básicamente dos objetivos: que se reconozca la aportación española a la defensa común, con, una presencia significativa en la nueva estructura de mandos, y que desaparezca definitivamente el mando aliado de Gibraltar (Gibmed).El Gobierno pedirá en otoño el respaldo del Congreso para incorporar a España a la nueva estructura militar aliada, con determinadas condiciones. Entre estos requisitos figurará además, de forma más o menos explícita, la necesidad de que se potencie la identidad europea de defensa.

También en septiembre está previsto que visite España el Comité Militar de la OTAN, integrado por los máximos responsables militares de los 16 países miembros. Actuará como anfitrión el nuevo jefe- del Estado Mayor de la Defensa español, el teniente general Santiago Valderas, quien hasta ahora era precisamente el representante militar en la Alianza Atlántica.

La situación en Bosnia, donde en septiembre deben celebrarse las primeras elecciones generales de la posguerra, será con toda seguridad otro de los asuntos que ocupará la agenda del ministro español en Washington.

Los distintos países aliados, incluida España, han iniciado ya contactos informales para preparar la fuerza de paz que debe sustituir al actual contingente de la OTAN en Bosnia (lfor), cuyo mandato expira a final de año. La actitud de Estados Unidos será, sin embargo, decisiva y se encuentra muy condicionada por la inminencia de las elecciones presidenciales de noviembre.

Uso de bases españolas

Otro de los puntos pendientes es la renovación del convenio de Defensa entre España y Estados Unidos firmado en diciembre de 1988, cuya vigencia expira en mayo del ano próximo. El Ministerio de Defensa está satisfecho de la aplicación de dicho convenio, que posibilitó la utilización de las bases españolas en la guerra del Golfo o en los conflictos de Somalia y Liberia, e incluso se plantea la posibilidad de prorrogarlo sin negociación. No obstante, los profundos cambios, que se han producido `en los últimos ocho años obligarán, como mínimo, a adaptarlo a la nueva situación internacional.Serra también tendrá la oportunidad de explicar a sus interlocutores norteamericanos su proyecto de profesionalizar las Fuerzas Armadas españolas y de conocer de primera mano la experiencia de uno de los países pioneros en la supresión del servicio militar obligatorio. Igualmente se abordarán los programas de armamento y en especial aquellos que, como la nueva fragata F-100, sobre la que el Gobierno debe decidir en breve, implican directamente a la industria de EE UU.