Román Gubern critica que España sea el quinto cliente de Hollywood
"Resulta absurdo que se quiera favorecer aún más la proyección de películas norteamericanas en España, cuando ya hoy, incluso con medidas de protección al cine nacional y europeo, nuestro país ve cine estadounidense de un modo desaforado: ocupa la quinta posición mundial en ese consumo, y una de la primeras filas entre los países de Europa", advierte el comunicólogo y teórico de los medios audiovisuales Román Gubern, mientras se muestra claramente partidario de profundizar en la idea de excepción cultural europea."No podemos vaciar el proyecto de unidad europea de ese importantísimo referente cultural que es el propio abastecimiento audiovisual", agrega Gubern. "En este sentido, debo decir que el anterior Gobierno español dio muestras de una más sólida actitud de vertebración, y también de solidaridad con Francia, en la medida en que no sólo apoyó su política cinematrográfica cuando gobernaban los socialistas, sino también con los conservadores en el poder", subraya el catedrático de Comunicación, para expresar su admiración por "el único país de Europa digno de imitación".
Voracidad cultural
Para Gubern, potenciar el consumo de los productos cinematrográficos de Estados Unidos es como hacer un flash-back a casi un cuarto de siglo atrás, cuando el informe MacBride ponía límites a la voracidad de penetración de la industria cultural estadounidense en el planeta. "No se entiende que un nuevo Gobierno de signo conservador en España no apoye, cuanto menos, la política cultural de sus homólogos franceses", señala Gubern, en el intermedio de su participación en los cursos de verano de la UNED, en Ávila, donde, a través de una ponencia titulada Cine de poesía, cine de prosa, habló del nuevo pragmatismo cinematográfico."Es ingenuo pretender analizar los contenidos mediáticos si no se tienen en cuenta los canales de la industria cultural. Lo expresivo y semántico, que antes constituía su campo de estudio, ahora es sólo un oscuro objeto de deseo; ha sido reemplazo por lo instrumental y pragmático", explica Gubern. "Aunque nos pese, hoy importa más averiguar el quién y el cómo de la industria de la cultura que el qué de los discursos".
"Bajo la apariencia de una oferta cada vez más diversificada, se producen mensajes cada vez más unitarios y globales, y sobre todo, a través de oligopolios y poderes mediáticos hiperconcentrados", añade respecto al nuevo reparto de poderes en la comunicación. "La dinámica de la publicidad siempre se ha orientado por ese esquema desarrollado en la Alicia de Lewis Carroll consistente en vivir en el interior del sueño del otro. Pero si antes importaba analizar el grado de alineación que ese sueño imponía, hoy es prioritario abordar quién es ese otro. Lo expresivo ya no nos dice nada sin su dimensión instrumental"
Babelia
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