Compras de hasta 200.000 pesetas
La mayoría de los estancos situados en el centro de Madrid siguieron cerrados durante el día de ayer. Las sacas extraordinarias de tabaco para los estancos no parecen haber dado sus frutos. La situación precaria, de existencias, creada por el Gobierno con la demora en la aplicación del incremento del precio del tabaco, provocó colas en los estancos abiertos, y compras desmesuradas de los clientes."Hubo gente que pidió cigarrillos por 200.000 pesetas", contaba ayer l.M.G., de 27 años, dueño de un estanco en Chueca. Este estanquero calcula una venta diez veces mayor que la diaria, pero se queja de no poder servir a todos sus clientes habituales.
Las sacas extraordinarias de Tabacalera fueron de un máximo de cuatro cajones por estanco. Un cajón son 50 cartones, es decir, 2.000 cajetillas. Según l.M.G., esta cantidad "ya está vendida antes de entrar en el estanco, por los pedidos grandes de clientes habituales".
Otro estanquero explicó que el dueño de un bar de las afueras de Madrid había conseguido comprar tabaco por 1,5 millones de pesetas en los últimos dos días. Con la saca extraordinaria los estancos no se quedaron satisfechos, ni mucho menos. "Con los cuatro cajones que nos venden, vivo durante la. mañana, por la tarde tendré que cerrar", se quejaba otro estanquero del centro de Madrid, que prefirió el anonimato. Y concluyó: "Algo así no pasaba ni cuando Franco, es una vergüenza".
La estanquera R.G.E., también del centro madrileño, destacó haber vendido "mucho más de lo normal, sobre todo a clientes no habituales". Según ella, "la culpa es de ambas partes: del Gobierno, por subir los precios de manera torpe, pero también de algunos estanqueros, que quieren hacer el gran negocio con esta situación".
También los clientes se quejaron. A muchos no se les pudo servir ayer porque compradores habituales ya habían reservado grandes cantidades de antemano. Mercedes, de 30 años, se pasó toda la mañana buscando un estanco abierto en el centro de Madrid, "para comprar un solo cartón de Ducados". Pero lo que más preocupaba es la subida del precio. Luis, de 36 años, comentaba: "Ya me cuesta llegar hasta fin de mes con el precio actual, con el nuevo, me temo que tendré que fumar menos".
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