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España y toda la UE rehúsan aclarar si apoyan Butros-Gali

Entre la espada de Estados Unidos y la pared del Tercer Mundo, ni España ni el grueso de la Unión Europea (UE) quieren pronunciarse sobre si apoyan la reelección, el próximo otoño, del egipcio Butros Butros-Gali como secretario general de la ONU para un segundo mandato de cuatro años. Washington ha manifestado su oposición a que el ex ministro de Exteriores egipcio siga al frente de las Naciones Unidas, e incluso amenaza con vetar en el Consejo de Seguridad su reelección, pero una buena parte de los países del Tercer Mundo, y especialmente los africanos, le respaldan.El ministro español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, echó balones fuera el pasado fin de semana, durante una conferencia de prensa, cuando fue preguntado si Butros-Gali debía continuar encabezando la ONU, aunque hizo una valoración positiva de su gestión. Matutes insistió en la necesidad de concertarse en el seno de la UE para lograr una posicion común, y a su lado, su homólogo italiano, Lamberto Dini, se expresó en términos igualmente vagos.

Informe confidencial

Un informe reservado elaborado para Matutes por la Dirección General para, la ONU de su ministerio aconsejaba al jefe de la, diplomacia española "definirse lo menos posible" sobre este asunto. Sólo, prosigue, si "fuera estrictamente necesario hacer algún comentario, como consecuencia de presiones de los medios de comunicación o similares", habría que contestar con vaguedades. Sugería varias, como decir: "Estudiaremos con atención la evolución de esta cuestión y consultaremos con nuestros socios, especialmente de la UE, teniendo en cuenta que las elecciones no serán hasta el otoño".

Entre los miembros de la UE, el único país que ha dejado entrever su postura ha sido Francia. A través de su Ministerio de Exteriores, recalcó que hay una tradición establecida, que no ha sufrido ninguna excepción, según la cual los secretarios generales pueden repetir mandato. Tampoco ha brindado explícitamente su respaldo a Butros-Gali.

La hostilidad del presidente Bill Clinton a Butros-Gali tiene mucho que ver con la campaña electoral en curso, en la que el candidato republicano, Bob Dole, ha criticado a la Administración demócrata por permitir que la ONU despilfarre el dinero de los contribuyentes norteamericanos, aunque Washington debe más de 125.000 millones de pesetas a la organización. El objetivo de Clinton es dar la impresión de que, provocando el relevo del secretario general, fomenta una verdadera reestructuración austera de la ONU.

El secretario general es elegido por la mayoría de la Asamblea General, aunque después el Consejo de Seguridad debe confirmar su nombramiento. Además de los países africanos, Rusia y China simpatizan con las intenciones de Butros-Gali de obtener un segundo mandato.

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