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La subida impositiva y el 'agujero' presupuestario aleja la bajada de tipos

Victoria Carvajal

Los mercados financieros españoles apenas se recuperaron de la fuerte caída registrada el viernes cuando el Gobierno reveló haber heredado de los socialistas un agujero presupuestario de 721.000 millones de pesetas (que, equivale al 1% del PIB) y anunció una subida de los impuestos sobre el tabaco y el alcohol para financiarlo. Tanto los tipos a corto plazo como las rentabilidades del mercado de deuda -que sirven de referencia para los intereses a largo plazo- han subido en estos dos últimos días, reflejando la mayor desconfianza del ahorro exterior en el proceso de convergencia de España. Si el desvío presupuestario compromete los esfuerzos del Gobierno para reducir el déficit público, el aumento de los tributos especiales para compensar este desfase presiona momentáneamente al alza a la inflación, que es otro de los requisitos para acceder a la moneda única.En el mercado interbancario, donde se financian las entidades financieras, el tipo de interés a tres meses se situó en el 7,20%, cuando a mediados de la semana pasada se situaba cómodamente por debajo del 71%. Este retroceso refleja el cambio de expectativas en los mercados sobre la política monetaria que adoptará en el corto plazo el Banco de España, cuyo tipo de intervención está en la actualidad en el 7,25%. "La nueva situación ha retrasado las expectativas de que se recorten los tipos y reducido el margen de bajada", señala Isabel Lasheras, de Société Générale. En su opinión, el banco central esperará a confirmar el carácter restrictivo de los presupuestos de 1997 antes de relajar de nuevo su política monetaria.

La subida de las rentabilidades en el mercado de deuda y la ampliación de la prima de riesgo con Alemania corroboran el nerviosismo inversor. La ligera corrección de la mañana apenas duró unas horas. La caída de los bonos estadounidenses, al aumentar en este mercado los temores inflacionistas, arrastró a los mercados periféricos europeos, aquéllos más alejados de la convergencia. La rentabilidad del bono español a diez años subió a 8,89% (8,87% el viernes), lejos del 8,60% de hace apenas una semana. El diferencial con Alemania, que refleja la desconfianza del ahorro exterior en España, se mantuvo en 2,50 puntos.

La peseta tampoco logró recuperarse. Cerró a 85,15 pesetas por marco (85,20 el viernes) y 126,03 por dólar. La Bolsa de Madrid corrió la misma suerte que el resto de las europeas, todas ellas contagiadas de la volatilidad de Wall Street. Madrid acabó perdiendo un 0,76%.

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