La Compañía Telefónica quiere controlar la distribución de televisión digital
El presidente de Telefónica, Juan Villalonga, confirmó ayer, en una reunión con 200 directivos de su compañía, que ha decidido no invertir más en cable mientras se mantengan las restricciones impuestas por el Gobierno y por una reciente decisión judicial a la participación de la empresa en ese mercado. Pero Telefónica no paralizará todas sus inversiones: Villalonga quiere que la compañía entre en la explotación de la televisión digital en posición de liderazgo, es decir, controlando su distribución a través del descodificador necesario para ello.
Villalonga tildó de "desfachatez" que se pida a Telefónica completar la red de cable para luego alquilarla a otros operadores. El grupo Telefónica -que ganó el pasado año 133.051 millones de pesetas netos e ingreso 1,7 billones- se propone "estar en la televisión digital y controlar el canal de distribución que se materializa a través de satélites y descodificadores".
El objetivo, explicó, "es que participen la mayor parte de los medios de comunicación en un proyecto integrador". La plataforma digital sería exclusiva, o lo que es lo mismo, no podría ser utilizada por el segundo operador que, de acuerdo con los planes del Gobierno, debe constituirse en tomo a Retevisión.
Las empresas televisivas Antena 3 y Tele 5 no hicieron ayer comentarios a estas propuestas. Un portavoz de Sogecable -que gestiona Canal +- dijo que dicha empresa entiende que Telefónica pueda tener un papel en el desarrollo de la plataforma tecnológica para la televisión digital, pero no debería entrar en la compra de derechos ni en la programación de los canales.
Liberalización
El presidente de Telefónica explicó también que ha hecho al Gobierno una propuesta "innovadora y fina" que, de ser aceptada, puede acabar con las disquisiciones en torno a la fecha de la liberalización plena de las telecomunicaciones. Villalonga propone al Gobierno que adelante la liberalización a octubre de 1998, y no a finales de 1999, como es el propósito del Ejecutivo.Tras esa liberalización formal en octubre de 1998, se solicitaría un plazo de seis o siete meses a la Comisión Europea para "ajustar la legislación a las nuevas condiciones del mercado". De esta forma, la liberalización real se produciría a mediados de 1999, pero la formal contentaría a la Comisión, que podría así retirar la amenaza de impedir a Telefónica participar en el consorcio Unisource (formado por los operadores públicos de Suiza, Suecia, Holanda y España) si el Gobierno no liberaliza en 1998.
En el discurso de Villalonga ante los directivos de Telefónica abundaron las referencias al buen trabajo realizado por el anterior presidente, Cándido Velázquez, y en especial, a la labor desarrollada en Latinoamérica.
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