Israel cierra Gaza y Cisjordania tras morir dos civiles en un atentado
El Ejército israelí cerró de nuevo a cal y canto Gaza y Cisjordania tras el atentado que se produjo ayer en el que dos personas murieron y una tercera resultó gravemente herida. Sobre la 1.30 de la madrugada, el vehículo de la familia Monk fue adelantado por un coche blanco que abrió fuego contra los pasajeros cerca de Beth Shemesh, una pequeña ciudad israelí, a 15 minutos de Jerusalén. Según expertos de la policía, las balas procedían de armas usadas en otros dos ataques terroristas ocurridos en la misma región.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, puso en marcha una operación de búsqueda de los autores del primer atentado habido en Israel desde que asumió la jefatura del Gobierno el pasado 18 de junio. Las fuerzas de seguridad opinan que tanto este ataque como los dos anteriores son atribuibles a un comando del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), que dirige Georges Habash, y que opera desde Jalkul, una ciudad palestina cerca de Hebrón. El Ejército ha cercado esta ciudad. Mustafá Natshe, el alcalde palestino de Hebrón, condenó el atentado y expresó su confianza en que no comportará el aplazamiento de la evacuación israelí de esta ciudad.
Reunión entre Asad y Arafat
Mientras, el máximo dirigente palestino, Yasir Arafat, finalizó ayer su visita a Siria donde se reunió con el presidente Hafez el Asad. Ambos decidieron "coordinar los esfuerzos para realizar una paz justa y global en la región", según fuentes oficiales. Arafat se negó a pronunciarse sobre el atentado hasta tener completa información. Si se confirma que los autores pertenecen al FPLP de Habash, se corre el riesgo de avergonzar a Arafat, por dos razones: este grupo, que se opone a los acuerdos de Oslo, todavía forma parte de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que lidera Arafat. Además, se hablaba de un reencuentro de estos dos viejos enemigos en Damasco.Netanyahu pidió a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que refuerce la lucha antiterrorista y repitió que "no pueden coexistir los atentados y las negociaciones de paz". Ayer ordenó el cierre de tres oficinas de la OLP en Jerusalén.
Portavoces de la oposición laborista creen que esa fórmula convierte al proceso de paz en "rehén de los terroristas". Añaden que la exigencia de Netanyahu no puede hacer más que alentar a los extremistas, muy hostiles a las negociaciones entre palestinos e Israel, a continuar con los atentados, ya que cada ataque terrorista conllevaría la ruptura del proceso de paz. Pero lo que esos portavoces fingen olvidar es que su líder y antiguo primer ministro, Simón Peres, reaccionaba exactamente de la misma manera que el nuevo jefe del Gobierno: tras cada atentado, imponía el estado de sitio (cierre) de los territorios palestinos, interrumpía las discusiones con la ANP y aplazaba la retirada de las tropas israelíes en Hebrón.
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