"Volveremos a Krajina, si es preciso por las armas"
ENVIADO ESPECIALMilan Martic, buscado como criminal de guerra por el Tribunal Penal Internacional de La Haya, se refugia en Banja Luka en un caserón de tres plantas situado en el principal bulevar de la ciudad, frente a la catedral católica. Una irreconocible bandera serbia ondea en lo más alto y un policía se mantiene junto a la entrada principal. Media docena de jóvenes guardaespaldas, la mayoría con sus cabezas casi rapadas, pululan por el jardín. En el interior de la vivienda oficina, amueblada menos que discretamente, van y vienen colaboradores del antiguo líder de la Krajina. Nuevos guardaespaldas están omnipresentes. Masculla uno de ellos: "¿Para qué hablar? Si los serbios somos como los indios americanos. Desapareceremos". Martic, de 42 años, mira da fría y hombre de pocas palabras, recibe amablemente a EL PAÍS. Viste traje azul oscuro y pesa bastante kilos menos que cuando dirigía desde Knin, hace un año, los destinos de los serbios rebeldes de Croacia.
Pregunta. ¿Qué hace en Banja Luka? ¿Mantiene alguna actividad política?
Respuesta. Si usted quiere llamar a esto actividad política... Mi trabajo es exclusivamente humanitario, procuro ayudar a reasentarse a los serbios expulsados de la Krajina, intentamos reconstruir casas para ellos. Muchos de ellos viven ahora en condiciones muy malas, en Serbia, Montenegro o aquí, en la Republika Srpska.
P. ¿Se siente seguro aquí?
R. Nada puede sorprenderme ya en esta vida. En muchos aspectos Banja Luka es una ciudad agradable para vivir. Pero me sentiría mejor en mi Knin.
P. ¿Ha sido traicionado por el presidente serbio?
R. El señor Slobodan Milosevic no cumplió sus compromisos básicos con los serbios de la Krajina, a los que se comprometió al firmar el plan Vance. Este plan declaraba que Serbia protegerían a los serbios de la Krajina. Como es sabido, ni lo hicieron los cascos azules de la ONU ni lo hizo Milosevic cuando llegó el momento.
P. ¿Está usted dispuesto a comparecer ante el Tribunal de La Haya como acusado de crímenes de guerra?
R. Es un tribunal simplemente ridículo, constituido para procesar a los perdedores de esta guerra -perdedores de momento-, para esconder todos los crímenes que las potencias cometieron durante la secesión de Yugoslavia. Los verdaderos criminales son Clinton, Kohl, Genscher, el Papa... En todas las guerras los perdedores son proclamados criminales de guerra. No soy un criminal de guerra. No voy a permitir que me detengan. No reconozco al Tribunal de La Haya.
P. ¿Cree usted que Radovan Karadzic y el general Ratko MIadic serán llevados ante el tribunal?
R. No creo que los serbios permitan nunca que sus líderes sean detenidos. Si lo intentaran, se produciría una gran matanza.
P. ¿Piensa que las fuerzas de la OTAN tratarán de apresarlos, a ellos y a usted mismo?
R. No creo que las tropas de la Alianza Atlántica reciban estas órdenes. El motivo es muy simple, Todos los Gobiernos que tienen soldados desplegados aquí quieren que vuelvan a casa vivos.
P. ¿Sugiere que el Ejército serbobosnio atacaría a las fuerzas internacionales?
R. Utiliza un término equivocado. Ellos no atacarían, simplemente se defenderían del ataque del lfor. El Ejército está hecho por el pueblo y, como usted sabe, cada serbio tiene un arma.
P. ¿Cree seriamente en semejante defensa popular?
R. Absolutamente. No se trata del proceso de Karadzic, Mladic o Martic. Es un proceso a todos los serbios.
P. ¿Cómo es su relación con Radovan Karadzic?
R. Somos muy amigos, como hermanos.
P. ¿Está usted protegido oficialmente por la policía serbobosnia?
R. Lo estoy.
P. ¿Por qué ordenó bombardear Zagreb en mayo pasado?
R. Mis órdenes fueron atacar objetivos militares, como el Ministerio de Defensa o el del Interior. Y fueron dadas después de que los croatas, con artillería, tanques y aviación, bombardearan convoyes de civiles serbios que huían de su ataque en Eslavonia occidental. Probablemente, usted sabe que se cometieron terribles crímenes contra estos refugiados que huían, pero la comunidad internacional cerró sus ojos ante ellos. No tuve otra opción. No sé exactamente dónde cayeron nuestros cohetes en Zagreb y lamento las víctimas civiles que produjeron. Pero ¿tienen estas víctimas más valor que las nuestras en Eslavonia?
P. ¿Quién cree que ganará en territorio serbobosnio las próximas elecciones?
R. El partido gobernante, SDS, tendrá la mayoría. La gente tiene aquí confianza en el partido y en sus dirigentes a pesar de que la comunidad internacional haya expulsado brutalmente a Karadzic de sus puestos oficiales. Aquí hay muchos Karadzic.
P. ¿Por qué Radovan Karadzic no le ayudó militarmente en agosto pasado, cuando cayó la Krajina?
R. No podía hacerlo entonces, desgraciadamente. Si alguien podía hacerlo era Serbia, porque los ejércitos de la Krajina y los de la Republika Srpska estaban dirigidos por oficiales yugoslavos. Ellos tenían el armamento y los soldados necesarios.
P. ¿Esperaba usted realmente la ayuda de Belgrado?
R. Tenían la obligación de hacerlo. Hasta la caída de Eslavonia occidental siempre nos lo habian prometido.
P. ¿Cuál será su futuro aquí?
R. De momento, como puede ver, me ocupo de cuestiones humanitarias, de conseguir acomodo temporal para los míos. Y digo temporal porque nunca he renunciado a mi Krajina, no tengo derecho a hacerlo. Lucharemos políticamente para volver a nuestro territorio. Pero si no podemos conseguirlo por estos métodos, algún día lo haremos por las armas. Tenemos derecho a ello porque hemos vivido allí durante mil años.
P. ¿Cree que los serbios han perdido la guerra?
R. La han perdido de momento. No tienen la comprensión ni el apoyo de ninguna potencia. Los intereses de los grandes, encabezados por Estados Unidos y Alemania, están directamente contra los serbios. Rusia está de rodillas porque necesita la ayuda de estos países. Algún día eso cambiará y no seremos perdedores permanentes. No quiero la guerra y nunca la he querido. Ojalá todo se resolviera políticamente. Pero si no es así, en cualquier caso volveremos.
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