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Japón sigue sin legalizar los trasplantes de corazón

El corazón de Hirofumi Kiuchi, de 23 años, estaba fallando, y él sentía que también le fallaba su país. Su única esperanza era un trasplante de corazón pero en Japón está prohibido. Kiuchi, al borde de la muerte, se metió en un avión rumbo a Los Ángeles el 22 de julio de 1993. Cuatro días después se le trasplantó el corazón de un joven estadounidense fallecido en un accidente de circulación. A la semana, Kiuchi decía: "Si me hubiese quedado, estaría muerto".

El único trasplante de corazón en Japón se realizó en 1968 y el cirujano fue acusado de asesinar al donante, muerto cerebralmente. Japón, escudándose en motivos tradicionales y religiosos, rechaza todavía esos avances. La definición japonesa de muerte sigue siendo el paro cardiaco. Ello impide los trasplantes de corazón, hígado y la mayoría de los de pulmón. Los legisladores se niegan a definir la muerte como el cese de actividad cerebral.

Aunque no hay una ley concreta que penalice esos trasplantes, los cirujanos no los hacen por miedo a ser detenidos. Sin embargo, si se permiten los de córnea, riñón y médula, porque no requieren un donante cerebralmente muerto. Pero incluso para eso hay pocos donantes, porque los japoneses creen que el cuerpo debe permanecer intacto para el viaje al más allá. [Una creencia extendida en la cultura budista es que no hay que tocar el cadáver en algún tiempo, para permitir al espíritu la transmigración].

Nunca ha habido en Japón un debate sobre la definición legal de la muerte como muerte cerebral. Incluso hace dos años se presentó al Parlamento un proyecto de ley que no se ha discutido.

El hecho es que hay menos de 200 trasplantes de riñón al año en Japón frente a las más de 20.000 personas que los necesitan. En Estados Unidos, en cambio, en 1995 se registraron 11.000 de esas operaciones.[En España se realizaron 2.062 en el mismo periodo]. Sin embargo, un creciente número de japoneses tiene carnés de donante, entre ellos Kiuchi. "Creo que mi alma podrá vivir feliz en el otro mundo incluso si mi cuerpo tiene una cicatriz", dice.

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