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Cañellas es socio de los grandes constructores baleares

El ex presidente del Ejecutivo balear y del PP regional Gabriel Cañellas, que gobernó ininterrumpidamente en Baleares desde 1983 hasta 1995, mantuvo durante su mandato participaciones accionariales en distintas e importantes empresas de la comunidad, entre las que destaca una significativa alianza privada con los más destacados contratistas de obras públicas, constructores y promotores imnobiliarios de las islas.

Cañellas, según revela su declaración de la renta de 1995, a la que ha tenido acceso este diario, mantiene presencia en el capital de las dos sociedades de la firma de materiales para la construcción Massanella, la más importante de Mallorca, que constituye un auténtico lobby impulsado, entre otros, por el contratista de obras públicas Llull Sastre, el promotor inmobiliario Cañellas Bosh, el constructor Bartolomé Estelrich, el empresario de obras y electricidad Jairne Bibiloni, el primer suministrador de gravillas y dirigente empresarial Josep Roig y el promotor Llabrés Feliu.

El polémico político declara tener acciones en Massanella por valor de más de siete millones, de un total de participaciones declaradas que suman 27,3 millones de pesetas. Además de su asociación con los grandes empresarios citados, la declaración fiscal recoge otras inversiones ya conocidas del influyente pólítico, en la explotadora y urbanizadora Ibifor y en su matriz Salinera Española; sus vínculos con el ya citado Llabrés Felix en la sociedad de rehabilitación Palma Antigua y con el urbanizador Andrés Roig en Es Sementé, del lujoso enclave de Cala d'Or, en Mallorca.

Cañellas tiene además acciones de Servicio Estación de Barcelona, relacionada con gasolineras y servicios de bricolaje y ostenta influencia en el capital de Hoteles Isleños, Balear de Técnicas e Inversiones, Centro Mallorca y Talleres Industriales Mallorquines.

Por otra parte, Cañellas fue acusado ayer ante un juez del Tribunal Superior de Justicia de Baleares, de conocer y autorizar toda la trama urdida para comprar con 100 millones el voto de un concejal socialista de Calvià, con el fin de arrebatar la alcaldía de esta localidad al PSOE.

El Tribunal Supremo -y antes la Audiencia de Palma de Mallorca- ya dictó una sentencia condenatoria contra dos militantes del PP y un comisionista por este intento de soborno ocurrido en 1992. Uno de ellos, el ex vicepresidente del PP de Calvià, Andrés Bordoy, ratificó ayer ante el magistrado Javier Muñoz tener "el convencimiento completo" de la implicación de Cañellas.

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