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Tribuna:ECOLOGÍA E IMPACTO HUMANO
Tribuna
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Cambio climático: mejor prevenir que ignorar

El autor advierte de que poderosos intereses económicos intentarán bloquear una acción internacional responsable

El pasado 21 de junio, EL PAÍS se hacía eco, de los ataques que el último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) está recibiendo desde sectores de la industria de la energía. La polémica se centra en un capítulo del informe científico del IPCC aprobado en Madrid en noviembre de 1995: el capítulo que trata de la influencia humana en el clima.Los recientes ataques sobre el IPCC por parte de prominentes escépticos hay que verlos como lo que son: mentiras lanzadas por intereses creados que tienen mucho que perder si el mundo reacciona a la amenaza del calentamiento global, o afirmaciones no probadas de ideólogos incapaces de introducir sus puntos de vista en la literatura científica. Sin embargo, los hechos resultan bastante claros:

Los más destacados expertos científicos del mundo en el área de la ciencia del clima pueden ahora mostrar que hay un impacto humano discernible sobre el clima.

En parte, la razón de que puedan hacerlo es porque los cambios observados en la temperatura a nivel mundial en décadas recientes son similares a aquellos que cabría esperar del efecto combinado del aumento de gases de efecto invernadero, destrucción del ozono y contaminación por azufre. La tendencia de' calentamiento y sequía en la Peninsula Ibérica parece constituir una de esas similaridades.

- Los intereses ligados a los combustibles fósiles (petróleo, carbón... ) han buscado cambiar el resultado de las conclusiones desde antes de que el capítulo sobre este asunto se finalizase en el proceso del IPCC. En la reunión del IPCC, en, Madrid intentaron` que todo el capítulo fuese desechado del informe. Y ahora, al no haber podido extirparlo del informe, están intentando ata car a los autores y al mismo IPCC.

El doctor Frederick Seitz, que escribió recientemente un editorial en el Wall Street Journal sobre este asunto, no es climatólogo ni está especializado en ciencias de la atmósfera, aunque sí es presidente de un instituto conservador hace tiempo conocido por atacar ala ciencia del clima en defensa de la industria.

Al hacer alegaciones de irregularidades procedimentales, que son totalmente falsas, está reproduciendo la mentira difundida, por intereses de los combustibles fósiles de Estados Unidos, como la Coalición Global del Clima. Sorprendentemente, ni siquiera verificó sus afirmaciones con los autores o con el mismo IPCC antes de calumniar a un eminente científico.

Las opiniones del doctor Richard Lindzen, también citadas en el artículo, resultan absolutamente minoritarias, no han sido probadas y, por el contrario, se han visto rechazadas por la comunidad científica en general.

- El IPCC es un organismo intergubernamental, lo que significa que sus conclusiones son con mucho el mínimo común denominador; ya que se adoptaría por, consenso. Algunos de los científicos clave en la reunión de Madrid sentían que la, frase "El balance de las pruebas sugiere que existe una influencia humana discernible sobre el clima global", no re presentaba la fuerza de la ciencia y querían que dijese que "el peso de las pruebas indica una influencia humana significativa en el clima global". Puede advertirse la trascendencia de una u otra forma de redacción cuando se recuerda que la evaluación científica del ozone, en 1989 concluyó que "el peso de las pruebas científicas indica fuertemente que los compuestos de cloro y bromo producidos por el ser humano son, ante todo, responsables de la pérdida de ozono en la Antártida"; un año más tarde, la comunidad internacional decidió eliminar los CFCs en -en plazo de 10 años.

La realidad es que las conclusiones oficiales del IPCC están amortiguadas y suavizan significativamente los riesgos del cambio climático.

Los Gobiernos revisaron el informe del IPCC en con un proceso de aprobación monumentalmente exhaustivo. Cualquier persona interesada en el tema sólo necesita preguntarse: ¿Qué querían decir realmente los Gobiernos cuando escribieron que "el cambio climático es probable que cause significativas- pérdidas de vidas"?, una conclusión que los intereses de los combustibles fósiles trataron infructuosamente de cambiar a "significativas pérdidas en los valores de la vida". ¿O cuándo concluyeron que "culturas completas y únicas podrían ser arrasadas por la subida del nivel del mar y el oleaje de las tormentas? ¿O que habría más hambre y hambrunas en las regiones más pobres -del mundo? ¿Desde cuándo más de cien Gobiernos reunidos en un austero foro diplomático de la ONU han propuesto tales exageraciones? Lo triste es que no se trata de exageraciones ; es lo mínimo que los científicos pudieron conseguir en el proceso de aprobación intergubernamental. Como todos sabemos, casi invariablemente los Gobiernos tienden a minusvalorar problemas como éste.

El cambio climático según el límite superior de los escenarios del IPCC -del que a ningún Gobierno le gusta hablar- podría ser catastrófico para los ecosistemas naturales y para las sociedades -humanas vunerables. Y además existe el riesgo, de que el cambio climático futuro podría a su vez alimentar más cambio -el mismo IPCC ha avisado del riesgo de sorpresas-.La credibilidad del IPCC no está ni puede estar en cuestión; ni la de sus miembros, ni la de sus informes, ni la de sus procedimientos. Hay que preguntarse, no obstante, por qué se producen esos ataques precisamente ahora.

-La respuesta se adivina al considerar que del 8 al 19 de julio se va a celebrar en Ginebra la II Conferencia de las Partes de la Convención de Cambio Climático de la ONU. En esta conferencia, los Gobiernos han de aceptar formalmente el informe emanado del IPCC, además de declarar si los impactos del cambio climático identificados en dicho informe son peligrosos y que por tanto deberían evitarse, y por último deben decidir si en la cumbre del año próximo se adoptarán compromisos obligatorios para que los países desarrollados comiencen a reducir sus emisiones de CO, y demás gases de efecto invernadero.

Evidentemente, hay sectores industriales y económicos, concretos pero muy poderosos, que harán todo lo posible -ya lo están haciendo- para evitar que se adopten medidas para- frenar el cambio climático. Lo preocupante es que haya Gobiernos que puedan hacer más caso a esos sectores que a las conclusiones de los científicos del IPCC. Uno de esos Gobiernos podría ser el español, según cabe deducir de las tomas de posición adoptadas por la ministra Isabel Tocino, rechazando que España se comprometa a reducir las emisiones de CO Si eso es lo que han entendido de la amenaza del cambio climático hay que preguntarse para qué sirve el esfuerzo de tanta investigación científica.

Xavier Pastor es presidente de Greenpeace España.

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