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Vancouver marca el final del pesimismo en la lucha contra el sida, gracias a los fármacos

La Cumbre de Canadá no quiere dejar un legado de 7.500 nuevos infectados al día

La XI Conferencia del Sida clausurada en la noche del Jueves en Vancouver (Canadá), pasará a la historia como el punto de inflexión en el pesimismo vivido durante 15 años en la lucha contra esta epidemia. Por primera vez los fármacos se han mostrado capaces de frenar el virus, aunque el acceso a las terapias abra más que nunca la brecha entre el primero y Tercer Mundo. Vancouver ha hecho renacer nuevas estrategias de vacunas. Pretende no legarle a la próxima cumbre de Ginebra lo que ella recibió: 7.500 nuevos infectados cada día.

Al menos para Occidente, la posibilidad de encontrar un tratamiento que convierta al sida en una simple infección está cada vez más cerca. De entre las más de 5.000 ponencias presentadas durante los últimos cinco días se han podido conocer media docena de ensayos clínicos con potentes terapias que han conseguido lo que parecía imposible hace apenas un año. Los científicos han mostrado que pueden parar la multiplicación del virus en el cuerpo de los infectados, evitando así que se desarrolle signo alguno de enfermedad. El siguiente paso que acarician es su eliminación total, aunque para ello deben probar todavía que el VIH no se ha escondido en el cerebro o en los ganglios linfáticos para atacar a traición en cuanto se baje la guardia con los fármacos."Hablar de cura es todavía peligroso", han insistido en esta cumbre todos los investigadores, escarmentados por la experiencia del pasado. "Hemos escuchado muy buenas noticias y parece que hay un rayo de esperanza. Pero los resultados son preliminares y la evidencia no es todavía concluyente. Es prematuro añadir la palabra cura a nuestro vocabulario", dijeron los organizadores al término de la conferencia.

Pobres y ricos

Los éxitos obtenidos en estos ensayos se han basado en el tratamiento de personas recién infectadas o seropositivos sanos, de ahí la recomendación de los expertos de combatir al virus duro y temprano. Las dos estrategias farmacológicas actuales se basan en bloquear dos enzimas fundamentales para la replicación del virus del sida: la transcriptasa inversa y la proteasa. Pero en Vancouver se han puesto en común también varios trabajos en torno a otro posible objetivo de los fármacos, tras el hallazgo de las quimioquinas, unas proteínas que permiten al VIH entrar en los macrófagos del sistema inmune.La XI Cumbre del Sida ha hecho renacer de sus cenizas la urgencia, y también la esperanza, de conseguir una vacuna, sobre todo ante el hecho de que nunca llegará al Tercer Mundo el costosísimo tratamiento actual a base de medicamentos.

Tras el fracaso de 16 prototipos ensayados hasta ahora, los investigadores se plantean nuevas estrategias y, sobre todo, un mayor esfuerzo en los estudios básicos antes de lanzar ensayos masivos en población. Los representantes de los países más afectados les animan a seguir probando ante la dimensión que está adquiriendo la epidemia en el Tercer Mundo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en estos momentos 21,8 millones de adultos y niños de todo el mundo viven infectados de sida, el 94% en países en vías de desarrollo. Aunque desde 1981 sólo se han notificado oficialmente algo más de un millón de enfermos, la OMS estima que la cifra se acerca a los ocho millones.

India se ha convertido en el país del mundo más afectado por esta epidemia, según dijo Peter Piot, director del plan de lucha contra el sida de Naciones Unidas. A. mediados de 1996, este país estaría registrando entre dos y cinco millones de infectados, según la OMS.

Acceso para todos

La imposibilidad de los países en desarrollo de ofrecer cuidados a sus ciudadanos y el hecho de que el sida es un problema para todos, en un mundo cada vez más pequeño, ha provocado también un cambio en el discurso de los grupos de activistas. Su presión, sobre todo en Estados Unidos, ha imprimido a la investigación sobre el sida, una velocidad impensable para otro tipo de enfermedades.Sin abandonar la lucha contra la discriminación de los enfermos, en Vancouver avisaron que el objetivo es hoy conseguir el acceso de las terapias contra el sida para todos. Si las compañías farmacéuticas no bajan el precio de los fármacos, están dispuestos a presionar a los gobiernos para obligarlas.

Un mundo; una esperanza, ha sido el lema oficial de esta conferencia, una idea grandilocuente que para muchas personas no se corresponde con la realidad. "El lema es excelente, pero en estos momentos no tenemos un mundo", dijo Jonathan Man, el que fuera responsable del primer programa del sida de la OMS, dejando claro que existen varios.

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