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Una escuela de Alcorcón pleitea contra la misma hormigonera que levanta protestas en Hortaleza

Dos escuelas, una privada infantil de Alcorcón y otra estatal de primaria en el barrio madrileño de Hortaleza, comparten enemigo: las plantas de hormigón de la empresa Morteros y Aridos Especiales, SA (MARESA), levantadas junto a sus aulas. La instalación de Hortaleza está aún en obras y el Ayuntamiento de Madrid ha dejado un plazo a los padres y profesores del colegio Juan Zaragüeta para presentar unas alegaciones que no pudieron plantear antes porque no se les informó. La hormigonera de Alcorcón (144.850 habitantes) está en funcionamiento desde principios de año y la escuela infantil Algodón ha presentado un recurso contencioso-administrativo contra la concesión de la licencia municipal a esta nave dosificadora de cemento y áridos.La pelea del colegio de Hortaleza, abierto desde 1974, es reciente. La de Alcorcón tiene una larga historia Judicial y administrativa. Los padres de alumnos de Hortaleza temen el polvo y los ruidos que pueda generar la planta de producción y cargado de hormigón.

Los responsables de la escuela infantil de Alcorcón, abierta en 1979, se quejan de los ruidos de la planta y de las nubes de polvo producidas por el cemento. Su malestar es tal que el centro cerrará durante el curso 1996-1997, ya que, por la normativa urbanística de la zona y por el desgaste del tiempo, tienen que reconstruirlo en una parcela colindante y creen que con una planta de hormigón como vecino no tiene sentido emprender las obras de una nueva escuela.

Responsables de MARESA aseguran que en Hortaleza se aplicarán medidas correctoras para evitar contaminación por polvo de cemento y que en Alcorcón ya se han instalado. "De todo el proceso, sólo el cemento, que supone el 10% de todo el material utilizado en la producción del hormigón, puede llegar a ser contaminante si no se toman medidas, porque, desde luego, el agua y los áridos (piedras o arena) no lo son", afirman. "Ambas plantas están en donde corresponde, en polígonos industriales; lo que hay que preguntarse es qué hacen en ellos dos centros escolares", apostillan. "En Alcorcón el Ayuntamiento tiene idea de trasladar todas las plantas de hormigón a un polígono; si lo, hace, nosotros estaríamos de acuerdo", concluyen.

El conflicto de Alcorcón surgió en el verano de 1994, cuando MARESA comenzó a construir la dosificadora de cemento y áridos en el polígono de industrias especiales situado en la carretera de San Martín de Valdeiglesias. El citado polígono alberga unos venticinco concesionarios y comercios mayoristas, además de la escuela infantil Algodón. Todos los dueños de negocios, incluida la escuela, se alzaron contra la planta y consiguieron que el Ayuntamiento decretara su paralización por falta de licencia. También lograron que los jueces la pararan por medio de un interdicto. Sin embargo, la justicia estableció, finalmente, que los opositores a la planta debían continuar su pleito por la vía administrativa que ya habían iniciado y no por los tribunales.

En noviembre de 1994 el consistorio de Alcorcón planteó que en esta localidad existen áreas industriales mas idóneas, desde el punto de vista urbanístico, para la ubicación de estas plantas que almacenan y mezclan cemento y áridos (piedras o arena) para producir hormigón y cargarlo en cisternas. Comenzaron unas negociaciones entre MARESA, el Ayuntamiento y los empresarios del polígono, entre ellos la escuela infantil, para trasladar esta industria a otra parcela más adecuada. Pero no prosperaron. La planta comenzó a funcionar a comienzos de 1996.

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