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El Reino Unido y Europa tienen que elegir

La crisis de la encefalopatía espongiforme bovina demuestra claramente la importancia del proceso de toma de decisiones en Europa. La Unión Europea impuso un embargo a la carne británica que el Gobierno británico, comprensiblemente, está intentando levantar. Sin la UE quizá no hubiera existido esta prohibición de importación en la totalidad de los 14 Estados miembros restantes, al menos no una prohibición coordinada. Pero el Gobierno británico tampoco hubiera podido negociar el levantamiento del embargo en toda la Unión, como intentó en la cumbre de Florencia. Exactamente igual que en el caso de los embargos impuestos por terceros países como Estados Unidos: éstos sólo pueden levantarse por decisión de los países implicados y no por ningún tipo de acuerdo multilateral.Como norma general, los que toman las decisiones deberían actuar dentro de los límites de sus propias responsabilidades sin dejar de tomar en consideración los diferentes intereses que deben proteger en su nivel de toma de decisiones. Como ocurre en este caso con los intereses de la exportación de carne contra los de la sanidad. publica. Deberían ser respomsables de sus decisiones ante un organismo elegido. La discusión de temas como el proceso de toma de decisiones y la estructura institucional a la que corresponden puede parecer aburrida. Ni captan la atención popular ni están en el centro del debate político. Pero aun así debemos darnos cuenta de que están en el corazón de nuestras democracias. Las democracias no pueden existir sin una estructura institucional claramente definida en la que las responsabilidades de cada organismo en el proceso de toma de decisiones queden claramente delimitadas. Esto es válido tanto a nivel nacional como europeo.

La cuestión es especialmente importante en el contexto europeo porque mucha gente se está empezando a sentir descontenta con Europa. Creen que Europa carece de democracia, transparencia y eficacia en su toma de decisiones. Por tanto, uno de los temas en cuestión en la conferencia intergubernamental que comenzó en marzo en Turín es cómo mejorar la democracia y transparencia de las decisiones europeas. Otra razón por la que este debate es importante es la ampliación de la Unión a 20 o 25 países en los próximos 10 años. No se puede tener la misma estructura institucional para una Unión de 20 o 25 países que la que se pensó para una Comunidad de seis. Hay quien dice, incluso, que debería revisarse la estructura institucional ahora que son 15 los Estados miembros. Existen muchos puntos de vista distintos en lo que respecta a estos temas. Por ejemplo, ¿cómo afecta la aplicación a la distribución de votos entre países pequeños y grandes? ¿Y cómo afecta a la presidencia del Consejo?

Al reflexionar y debatir la estructura institucional, no podemos limitarnos a la opción de hacer pequeñas reformas a la estructura actual. Más bien deberíamos discutir qué tipo de Europa desearíamos tener al final, digamos en el año 2010 o después. Por ejemplo, en términos de mejorar la democracia habría que hacer unas cuantas elecciones fundamentales, ¿Acrecentamos la democracia aumentando la influencia de los Gobiernos nacionales en el proceso de toma de decisiones? ¿O la acrecentamos aumentando la influencia de un organismo elegido directamente a nivel europeo? Las dos opciones son recíprocamente exclusivas. Habría que destacar que aumentar la influencia de un organismo elegido directamente no supone necesariamente que deban tomarse más decisiones a nivel europeo. Es sólo una cuestión de cómo se toman esas decisiones.

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Hay cierta ansia por mantener un debate abierto y fundamental sobre la dirección que deseamos que Europa siga. No sólo en el Reino Unido, sino en cada uno de los Estados miembros de la Unión. Tengo el honor de presidir un grupo que ha preparado su contribución a este debate. Este grupo lo componen 48 miembros: políticos, funcionarios y expertos de todos los Estados miembros y de todas las afiliaciones políticas importantes y con muy distintos puntos de vista sobre Europa. Nuestro grupo redactó un informe (Europa: usted elige) dirigido al público en general en el que empezamos por explicar cómo trabaja Europa en la actualidad y qué es lo que está en juego. Luego presentamos cinco hipótesis distintas para la estructura institucional europea y las discutimos desde una perspectiva neutral. Las hipótesis van de un planteamiento más euroescéptico a un punto de vista más eurofederalista. Tanto los euroescépticos como los eurofederalistas estuvieron de acuerdo con el texto de Europa: usted elige. Por ejemplo, un conocido euroescéptico británico, que es miembro de nuestro grupo, dijo que era la primera vez que se habían juntado y discutido seriamente los distintos planteamientos. Dada la necesidad de mantener ese debate abierto y esencial, me gustaría invitar a todo el mundo a participar. Creo que es difícil subestimar su importancia. Los partidos políticos en especial deberían participar activamente en este debate. No sólo en el Reino Unido, sino también en el resto de Europa. Nos afecta a todos. Tenemos que decidir a dónde nos dirigimos antes de dar los siguientes pasos en lo que respecta a Europa.

Leo Tindemans es asesor económico de la Comisión Europea.

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