ARENQUES Y BONINO
La comisaria europea Emma Bonino, temida en los mares del Sur por sus ansias conservacionistas, puede convertirse desde ayer en uno de los políticos más impopulares en las tierras del Norte. La Comisión Europea anunció ayer en Bruselas una drástica reducción de la pesca del arenque, un pescado poco apreciado en España pero que constituye un manjar delicioso y un bocado diario imprescindible en casi todo el norte de Europa. En los países escandinavos la vida no se entiende bien sin un buen arenque que llevarse a la boca, sea ahumado, en salsa de mostaza o pura y simplemente crudo, apenas sazonado con agua y sal. Pero su consumo es altísimo también en Holanda y Alemania e incluso en Bélgica, Francia y el Reino Unido. Pero tanto consumo no puede ser bueno para la especie y Emma Bonino ha dicho que hasta aquí hemos llegado. La pesca de arenque se va a ver reducida desde las 313.000 toneladas autorizadas actualmente a tan sólo 156.000 toneladas anuales en aguas del mar del Norte. Pero la decisión de Bonino no debe alegrar a los pescadores españoles. Si fueran listos buscarían ya alguna bacinilla donde poner sus barbas a remojar porque la comisaria, tras un viaje de inspección por aguas italianas, ha parecido descubrir por fin las atrocidades que cometen los pescadores de su país con kilométricas redes de enmalle a la deriva. Después del arenque, la próxima especie a proteger por la radical comisaria puede ser el atún. Y, como su nombre indica, las tapitas de redondillo de atún no están hechas precisamente con arenque.-
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