Arzalluz dice a los violentos que los vascos ansían la paz, pero no piden "de rodillas" un alto el fuego
El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, diez horas antes de que finalizara la tregua de ETA, dijo en Gernika (Vizcaya) que lo que el pueblo vasco pide a esta organización no es más tregua, sino la paz definitiva. Aseguró que la prolongación de la tregua no es lo más importante para el futuro de Euskadi, que nadie se ha puesto de rodillas ante la organización terrorista para pedírselo y que ETA y sus afines son "el pasado".Dirigentes del Partido Nacionalista Vasco mantenían hasta última hora discretos contactos con personas del entorno de ETA para convencerles de la necesidad de que esta organización prorrogue el alto el fuego, al menos durante unas semanas. Fuentes del Gobierno aseguran no estar al corriente de estas gestiones, aunque las consideran "lógicas". Uno de los encargados de estos contactos es Gorka Aguirre, yerno de uno de los más antiguos dirigentes del PNV en Vizcaya y ex consejero de Interior, Luis María Retolaza.
Fuentes del Ministerio del Interior, por su parte, prefieren "no jugar a profetas", ni aventurar qué es lo que va a ocurrir a partir de hoy, a la vez que se felicitan por "la unanimidad más que aceptable y sin fisuras que se ha producido en todos los partidos democráticos" en la búsqueda de la paz.
Si en el Gobierno y en los partidos hay incertidumbre, en ETA hay "desconcierto" ante el nuevo escenario político, según expertos de Interior. Éstos consideran "probable" que ETA decida afrontar la situación prolongando la tregua, aunque también estiman posible que se impongan los duros de la organización y ordenen a sus comandos un atentado para "clarificar" la situación.
No obstante, desde el Gobierno se insiste en que la liberación del funcionario José Antonio Ortega es una reivindicación irrenunciable. "Si ETA acepta liberar a Ortega, reconoce la pluralidad de la sociedad vasca y prolonga la tregua, consideraremos que hay respuesta de ETA. Pero debe aceptar las tres cosas para que creamos en la sinceridad de sus planteamientos", dijo un alto cargo político. "Ahora le toca a ETA decir qué va a pasar", agregó.
Arzalluz recordó que en las dos ocasiones en que el Gobierno se ha sentado a negociar (1978 y 1989), fue ETA la que rompió la baraja porque no sabía adónde le conducía ese proceso.
"Ahora estamos en tomo a la tregua. Los periódicos sólo hablan de eso. Yo a ETA sólo le digo una cosa: si cree que estamos pidiéndole tregua de rodillas, se equivoca; y segundo, es la gente, toda la gente, la que quiere paz, no tregua. Y a quien tiene que hacer caso es a la gente, al pueblo", dijo.
El líder peneuvista evitó especular o emitir pronunciamientos en tono de preocupación por lo que puede deparar el futuro inmediato en la pacificación vasca. Incluso el lehendakari, José Antonio Ardanza, presente también en el acto, se abstuvo de evaluar la situación y el final del plazo dado por la organización terrorista.
La consigna en la sombra es no dar más vueltas a la peonza de la tregua y del final dialogado, escenario que Arzalluz volvió a defender ayer públicamente. El objetivo último de ese silencio, compartido por el resto de formaciones vascas, sería el de no confundir a través de las declaraciones los deseos con la realidad y no hinchar más el globo de la esperanza.
Pero la referencia de Arzalluz a las dos ocasiones en que el Gobierno español ha negociado con ETA -en 1978 con el Gobierno de UCD y en 1989 con los socialistas en Argel- y la responsabilidad que atribuyó a la organización terrorista en ambas rupturas podría ser interpretado como una antesala de lo que el PNV prevé que puede pasar. "Y no penséis que porque se hable de negociación, necesariamente una tercera vez que se sienten, si es que quieren sentarse, vaya a tener éxito".
El vicepresidente de Eusko Alkartasuna (EA), Rafael Larreina, cree que lo vivido esta semana en la política vasca es una ficción o incluso puede llegar a ser un espejismo porque "parece" que se ha adelantado más que en décadas de conflicto. Con esperanza pero también con escepticismo, Larreina y otros dirigentes socialistas y de IU abogaban a poco de que expirase la tregua por pisar sólo en el terreno previamente asfaltado. Desechando cualquier tipo de especulación y sin salirse del guión, todos esperan que ETA mueva ficha en el sentido marcado en el texto aprobado el pasado martes por los partidos vascos, salvo HB, en la mesa de Ajuria Enea.
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