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Reportaje:

Escapada en solitairo

Un paseo en bici por la pista llana de 47 kilómetros que va del puerto de Navafría al de Somosierra

ANDRÉS CAMPOSEntre el español y la bicícleta se verifica una relación macho-hembra genuinamente carpetovetónica: deseamos la del prójimo -la de Induráin, por ejemplo- y aun somos capaces de viajar allende los Pirineos con tal de verla menear la rueda trasera, pero cuando nos mientan el salir a pasear con la propia se nos pinta jeta de tanatorio y no ponemos más que pegas: "Es que el tráfico...", o "es que hace una caló... ". Debe de ser algo ingénito, porque incluso los munícipes madrileños, cuya aversión a los atascos se les supone, disculpan la omisión de carriles-bici en la capital por aquello de las muy fatigosas cuestas, como si la Castellana fuese, el Alpe d'Huez.

Menos aventurado que tratar de convertir a toda una raza de esclavos a la libre fe del velocípedo (¿serviría de algo explicar que existen unos artilugios denomínados platos y piñones que permiten escalar puertos de primera, tipo Callao o Cuatro Caminos, como el que lava?) será proponer una excursión a pedales por la pista de 47 kilómetros que va del puerto de Navafría al de Somosierra. La Horizontal, que así se conoce, es plana como el encefalograma de una silla, de modo que, no habiendo pendiente ni más testigos que las vacas y alguna cuadrilla de forestales, podremos intentar sin compromiso la escapada en solitarío de nuestra vida.

Arrinconado como un trasto por el demonio de las autopistas, el de Navafría duerme el sueño de los puertos justos, en paz con la historia y con los melancólicos que aún lo frecuentan. Ya no hay montería de "ossos en verano et en yuierno", como cuando Alfonso XI el del Salado; ya no hay cacería de humanos, como hubo en la última guerra y recuerda el camposanto que, a tiro de piedra del paso, por el lado segoviano, guarda lápidas rotas. y borrosos nombres italianos. Sólo hay silencio, que no es poco, y una pista por la que, hacia levante, se pierden los ciclistas entre pinares lozanos.

Lozoya, Navarredonda, San Mamés,Villavieja, Gascones, La Serna del Monte, Braojos, La Acebeda y Robregordo son, por este orden, los caseríos que se divisan acurrucados en la ladera de estos 'montes Carpetanos, "que en latín se llamaban Carpetani y ansí los llama Julio César en sus comentarios y ansí los llama Ptholomeo y los pone en cuarenta grados de latitud pocos minutos más o menos, y de longitud once grados y cuatro minutos", según la nota erudita de J. López de Hoyos (Historia de las exequias de la reina Isabel de Valois, 1569), que acto seguido glosa: "Carpentum, que quiere decir carro, porque en toda esta tierra hasta llegar a estos puertos usan los tragineros o recueros deste instrumento de carro".

Pero ya no son carros, sino bicis montafieras, las que usan los modernos trajinantes para llegar al puerto de Somosierra por este camino que culebrea a dos pasos de las cumbres, ora asomándose a balcones de gneis desde los que se avistan, hacia poniente, los murallones de mano de titanes que cercan el valle del Lozoya, los embalses de Pinilla y Riosequillo a sus pies y, al mediodía, la serrezuela de la Cabrera; ora adentrándose en vaguadas por las que corretean regatos recién manados, novicios del río Lozoya: arroyos del Chorro, Buitraguillo, de la Dehesa, del.Santo Domingo...

Aunque llana, la pista regis-tra un ligerísimo desnivel (Navafría, 1.773 metros- Somosierra, 1.444), apenas perceptible durante la primera parte del recorrido. Es a partir de Peña Quemada -fácil de reconocer por que antes se encara el único repecho de la jornada cuando aquél se acentúa, deparando a los excursionistas uno de esos descen sos gloriosos que resarcen de madrugones, pinchazos, pájaras y toda suerte de privaciones. Y así, sin dar una pedalada más, los ciclomontañeros cursan el último trecho dando vista al pico Tres Provincias y a las protuberancias pizarrosas de la Somosierra toda, y arriban a puerto, donde hay surtidor de gasolina, que no precisan, habiendo como hay huevos con chorizo en La Conce.

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Sólo ida

Dónde. El puerto de Navafría se halla a 96 kilómetros de Madrid por la carretera de Burgos (A-1), desviándose en el km 69 -por la M-604 hasta Lozoya. Del pueblo sale una carreterilla de 11 kilómetros (M-637) que remonta el puerto. La excursión dura de cuatro a cinco horas, en un solo sentido. Es mejor ir en dos coches, dejando uno en Somosierra (A-1, kilómetro 92), para regresar luego por carretera. También hay autobuses de Continental Auto que admiten bicis de montaña. ( 3145755.Quién. Miguel Ángel Delgado y Jesús García Ávila describen esta ruta en la guía Bicicleta de montaña: 25 itinerarios en la Comunidad de Madrid, de Libro Penthalon.

Cuánto. Un menú en La Conce de Somosierra (8699042), 1.200 pesetas: judías blancas, cordero, huevos con chorizo...

Y qué más. Es vital llevar varias cámaras de repuesto, herramientas y las hojas 1-9-18 y 19-19 de Cartografía Militar de España.

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