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Francisco Rico: "La poesia es hoy la reserva lingüística de la literatura occidental"

El catedrático recoge en cuatro volúmenes 2.700 páginas de versos hispánicos

Francisco Rico es una de las mayores autoridades en literaturas hispánicas medievales. Como mínimo, ésa es la cátedra desde la cual introduce a sus alunmos de la Universidad Autónoma de Barcelona en el enorme piélago de la literatura española. Porque sólo una literatura oceánica puede darle al buen conocedor la oportunidad de publícar cuatro volúmenes de una tacada, dos de los cuales, de 650 y 1.100 páginas cada uno. "La poesía" dice, "es la reserva lingüística de Occidente porque en ella está la lengua verdadera, en su máxima capacidad de significación".

Por si su bibliografía fuese poca (desde sus precoces ediciones de Lazarillo y Guzmán de Alfarache a los 22 años hasta múltiples estudios de crítica e historia, tiene en su haber los 111 títulos de Biblioteca Clásica -Crítica-), Francisco Rico le añade ahora las antologías Mil años de poesía española (Planeta, incluyendo el compacto Cien años de poesía con las voces originales), Poesía de España (Círculo de Lectores) y los tomos primero y décimo de la colección Páginas de Biblioteca Clásica -al cuidado de Gómez Redondo y García-Posada- que dirige para Editorial Crítica. ¿Quién se va a leer todo eso?"Van dirigidos a públicos distintos. Los dos tomos de la colección (Edad Media: juglaría, clerecía y romancero y La nueva poesía 1975-1992), a universitarios en general; la Poesía de España es una antología de iniciación, de entrada a la poesía, lo más básico; y los Mil años... constituyen una representacíón amplia de poesía española. Para tener una buena medida, generosa, de lo que podría ser eso que está tan de moda, el canon de la poesía española. Se puede decir que están todos los poetas que tienen algún relieve".

Llama la atención la escasísima presencia de mujeres en tan amplios repertorios. En este último, por ejemplo, de 212 antologados sólo 7 son poetisas. "Es lo que da de sí la tradición. Y hemos sido generosos, porque hasta el siglo XV en rigor sólo hay dos poetisas, y no han escrito más de cuatro folios. Pero es que en la Edad Media escribir poesía en España, en Francia, forma parte de las obligaciones del caballero. Tiene que ser generoso y noble, saber cazar y escribir poesía, mientras que la dama no. Ahora las cosas han cambiado, la actividad lírica ya no es preceptiva de ningún sexo".

Por cómo van las cosas se diría que ya no es preceptiva de nadie. ¿La poesía es un arma cargada de otros mil años de futuro? "Sí, aunque no en el sentido de Celaya. Las lenguas -el español, el italiano, cualquier lengua- son cada día más pobres, en el sentido que son menos naturales, son lenguas artificiales que nos vienen dadas por los medios, la tecnología, la política... El español se empobrece, y no por los extranjerismos, sino porque el mundo de referencias antes procedía del pueblo, de la naturaleza, pero como ahora prácticamente no existen, la lengua se hace de arriba abajo; ya no se aprende de los abuelos, sino del televisor. Por eso la poesía es un arma cargada de futuro, porque en ella está la lengua verdadera, la que se hace de abajo arriba, creada, vivida, no impuesta. Frente al empobrecimiento de los comportamientos y los objetos, la reserva lingüística de Occidente va a ser la literatura, y sobre todo la poesía, que es la lengua en su máxima capacidad de significación". Quizá el aspecto más controvertido de ambas antologías sea la inclusión de poetas que escribieron en catalán, euskera y gallego. Al profesor no se lo parece. "No es ninguna novedad, ya lo hizo José Manuel Blecua en La floresta lírica española, la mejor antología jamás publicada. Es la que he querido copiar en Poesía de España".

Sin embargo, es posible que se alcen voces contrarias. El criterio habitual suele ser la uniformidad lingüística, no la geográfica. "No veo por qué iba a ser criticado por ello. Por fuerza el eje tenía que ser el castellano y sus dialectos más afines (leonés, mozárabe), porque son los únicos que durante mil años han mantenido producción poética ininterrumpida. El catalán, por ejemplo, aparte de Llull sólo se usa en poesía desde el siglo XV".

¿Pero no es un título algo ambiguo? "Yo diría polisémico, que tiene un sentido amplio. Piense que podría haber poesía en latín, en árabe, en hebreo, en provenzal. Todas ellas han sido lenguas en que han escrito autores españoles. Diría que lo mejor que se ha hecho jamás es la poesía árabe y hebraica españolas". En tiempos de los trovadores, sin embargo, el concepto de España no existía. "Claro que existía, en la poesía de los trovadores 'España' quiere decir 'tierra de moros'. Luego tendrá ya el sentido peninsular. Los reyes de España incluyen a los de Aragón, Castilla... ".

¿Cree usted realmente que cuando un estudiante de Salamanca lee los versos de Ausiás Marc o de Jordi de Sant Jordi siente que estos poetas le pertenecen? "A estas alturas creo que sí. Porque los que se han puesto son los que han entrado en la memoria colectiva. Ni Llull, ni Ausiás Marc, por ejemplo, son ya nombres extraños para nadie".

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El español habría que prohibirlo"

El profesor Rico no sólo es capaz de recordar de memoria su extensa bibliografía. Presume además de conocer la lírica española de todas las épocas -narrativa y ensayo admite dominarlos menos-. Según él, es puro vicio. Y cuesta sustraerse a la sospecha de que no lo practique en primera persona. "Solamente escribo versos rimados, de tipo satírico, para felicitar a los amigos, pero nada más. Suelo fabricar ovillejos [versillos que riman con los nombres y apellidos del interesado, del tipo: "¿Cómo se llama el galán? /Don Juan./ ¿Tiene apellido notorio? / Tenorio"]. Me divierte versificar. Soy buen rimador de poesía jocosa".Hete aquí una muestra: "Entre tanto pandemonio, / Antonio, / el teatro, el verdadero, / Buero, / no es nunca nuevo ni viejo, / Vallejo: / Será, tal buen vino, añejo; / fresco, fruto por cortar,/ o sin tiempo, como el mar, / Antonio Buero Vallejo".

Para un estudioso de literaturas románicas el dominio de idiomas es esencial. En éste su terreno Rico también tiene las cosas claras. Incluso la modestia. "¿Que cuántas lenguas? Saber no sé ninguna, manejo las necesarias que tiene que hablar una persona civilizada, pero lo que es saber no sé ni la mía. El otro día Rosa Regás se quejaba de que el español está poco presente en los foros internacionales. ¡Pero si habría que prohibirlo! A ver si los españoles se decidían de una vez a aprender idiomas. Que no se pueda hablar español en ninguna parte y por consiguiente los españoles tengan que saber las lenguas de cultura. Seríamos un país mucho más rico, ya que los idiomas dan un sentido mejor a la lengua propia, uno es capaz de entender las diferencias. Uno de los mayores problemas de España es el insuficiente conocimiento escrito y hablado de las lenguas extranjeras. Entre otras cosas porque se enseñan mal. Del bachillerato habría que salir hablando perfectamente al menos una de ellas. La culpa es de los planes de estudios, que convierten estas asignaturas en marías. Las básicas deberían ser la lengua española y la lengua extranjera. Y la literatura, que es lo que enseña a conocer el mundo. Las asignaturas técnicas, las matemáticas, no hacen ninguna falta: cualquier calculadora u ordenador te lo da todo hecho".

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