_
_
_
_

Exportar a Irak

Los empresarios españoles ven frenadas sus ventas por falta de financiación

Ángeles Espinosa

Leche, semillas, depuradoras de agua o medicinas forman parte de una limitada lista de productos que el embargo de la ONU no impide exportar a Irak. Conscientes de sus grandes necesidades tras la guerra, algunos empresarios españoles han intentado crear o mantener vínculos comerciales con ese país. Se quejan, sin embargo, de que las dificultades de financiación les impiden hacer realidad eventuales contratos y les colocan en desventaja frente a sus competidores europeos."Las oportunidades son grandes, especialmente en los productos de primera necesidad", explica Simón Montolío, empresario marítimo del Puerto de Sagunto. Montolío viajó a Bagdad en abril del año pasado, junto a una treintena de hombres de negocios españoles, y allí fue testigo de muchas oportunidades que no se han llegado a concretar. El mismo tuvo que conformarse con anteproyectos. "No llegamos a firmar en espera de financiación", subraya.

Más información
Europa ante Bagdad

Su proyecto para reconstruir los tres puertos marítimos de Irak (Basora, Umm al Kaser y Jor al Zubair) y el fluvial de Bagdad depende, además, de la interpretación que se haga de la resolución 687 de la ONU, que excluye del embargo medicinas, alimentos y "los materiales y suministros para cubrir necesidades civiles esenciales aprobados por el Consejo de Seguridad". Aun así, la imposibilidad de exportar petróleo ha ido secando la disponibilidad de divisas del régimen y dificultado la compra incluso de lo más básico.

"Y si no se permite la reconstrucción de los puertos ¿cómo van a llegar el trigo y el maíz para la población?", pregunta Montolío, convencido de que el levantamiento del embargo es sólo una cuestión de tiempo.

Desde el pasado 20 de mayo, Irak puede exportar crudo por valor ole 2.000 millones de dólares (unos 250.000 millones de pesetas) en seis meses. Esa cantidad que bajo los términos de la resolución 986 debe destinarse a la compra de alimentos y medicinas, resulta, insuficiente para cubrir las necesidades básicas de los iraquíes.

De las dificultades para realizar los contratos firmados con Bagdad sabe mucho Fernando Montalvo, de la empresa farmacéutica Ferrer Internacional. "Llevamos 22 años presentes en Irak y no hemos dejado de trabajar allí incluso en los peores momentos de la guerra del Golfo", relata Montalvo antes de precisar que todo se ha hecho sin ayuda oficial.

En 1995, Ferrer Internacional facturó medicamentos a Irak por valor de 2,5 millones de dólares. "'Hemos conseguido acuerdos por los cuales se nos ha pagado mediante depósitos liberalizados en el exterior, pero desde hace año o año y medio esos depósitos se han acabado", explica, preocupado por la falta -de respuesta de sus gestiones ante la Administración.

Depósitos iraquíes pendientes permitieron también la venta de leche en polvo por parte de Nutrexpa. La compañía alimentaria cobró los 91,5 millones de pesetas del pedido a través de Sirecox, empresa pública de importación y exportación. Seis años de embargo han acabado con esos fondos en el exterior, y hoy la única alternativa es "firmar contratos a cambio del futuro suministro de crudo", según explica Aziz Rifat, empresario iraquí afincado en Marbella y que sirve de contacto con su país para los españoles. Una operación de ese tipo requiere respaldo oficial. Rifat, que estos días acompaña a nueva delegación empresarial en Irak, acusa sin ambages a la Administración española de "falta de apoyo". En su opinión, se está dejando pasar una oportunidad que alemanes o franceses no dudan en aprovechar.

"Alemania y otros países europeos conceden créditos o alcanzan acuerdos para operaciones concretas", se queja Montalvo.

Francia y Alemania desmienten que presten ayuda a sus empresarios (véase apoyo). "Conseguir líneas de financiación del Gobierno resulta indespensable", reconoce Juan Manuel Rivas, director de Nutrexpa Internacional. "Todo el mundo está detrás de los contratos y tendremos que competir con empresas internacionales" y multinacionales", justifica. Rivas es consciente de que hay países muy activos -"los hoteles están llenos de hombres de negocios"-, aunque más que lograr grandes contratos cree que están tomando posiciones a la espera del levantamiento del embargo.

La posibilidad de que se estén llevando a cabo grandes contratos es descartada por Fernando Bedoya, de Sirecox. "Eso es radio macuto", asegura; "hay mucho rumor, pero nadie puede confirmar nada". "Nosotros vamos cada dos meses a Irak, y si hay un país que se esté posicionando en las duras, somos nosotros. Se habla de cartas de crédito que se han abierto con fondos que Irak tenía en el exterior, pero eso es un mito como el del petróleo que sale por Jordania en camión. No puede dar para mucho", asegura, y como, prueba menciona que los mercados siguen careciendo de todo.Analistas independientes señalan que cualquier empresario japonés o alemán tiene mayor capacidad de riesgo para vender a crédito que los españoles. Otras fuentes, más cautelosas, advierten de que "los iraquíes, a todo el que se acerca le prometen el cielo".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_