Carol Shields: "Mi vida como escritora y lectora están íntimamente unidas"

El día que cumplió 40 años le anunciaron que se publicaría su primera novela. "Es una muy buena edad", afirma Carol Shields que, a sus 61 años, publica su primera obra en España La memoria de las piedras (Tusquets), con la que el año pasado ganó el premio Pulitzer de ficción. Profesora de literatura inglesa en la universidad de Manitoba (Canadá), Shields afirma: "Mi vida como escritora y lectora están íntimamente unidas".

Nacida en Chicago, a Carol Shields, que vive en Canadá desde 1957, no es difícil imaginarla cocinando una exquisita tarta de manzana en un rancho. Madre de cinco hijos -cuatro mujeres y un varón-, Shields comenzó a escribir poesía y ensayo, pero fue a los 40 años cuando le publicaron su primera novela, Small Ceremonies. Desde entonces escribe una obra cada dos años. "Mis cinco hijos estaban en edad escolar y me propuse dejarme una hora diaria para escribir al menos dos páginas diarias. Para mi sorpresa, al cabo de un año, tenía escrita una novela coherente y con forma", afirma a su paso por Madrid.No es fácil imaginarse la vida de esta persona sin sus hijos, ni personal ni literariamente. Antes de que su editor lea sus obras, lo hacen sus hijas. "Cuando publiqué mi primera novela la mayor, que tenía 14 años, no solo la leyó, sino que me sugirió cambios en algunos personajes", dice orgullosa.

Su vida de escritora está íntimamente unida a su pasión corno lectora. Confiesa que ha sido a través de la lectura de ficción como ella ha conocido el verdadero mundo. "Cuando uno escribe un libro está escribiendo el libro que quisiera leer y que todavía no ha sido escrito", añade Carol Shields, que encuentra en Virginia Woolf, John Updike y Alice Munro, una escritora canadiense, sus lecturas predilectas.

En La memoria de las piedras, que también ha sido editada en catalán por Edicions 62, Carol Shields narra la infancia, el matrimonio, la viudez, un nuevo matrimonio, la maternidad y la vejez de Daisy Goodwill, nacida en 1905.

"En cierto sentido, habla del fracaso de la vida familiar", explica Shields, quien hace un canto de las personas anónimas y normales. "Esta es la gente que me interesa. Hablando de una manera romántica, todo el mundo tiene un punto especial que, a veces, es difícil de encontrar escondido bajo esa aparente normalidad. Por eso me gustan las novelas, porque te permiten saber lo que piensa todo el mundo, decir lo que están pensando todos. Las novelas son como la reconstrucción desde dentro de las vidas privadas".

El prestigioso premio Pulitzer dice que le ha llegado en el mejor momento. "Es mejor que un galardón de este tipo te llegue un poco tarde, porque a una determinada edad te puede cambiar la vida y constreñirla a formas que no son productivas ni sanas. Yo ya tengo establecida mi vida, mis pautas de trabajo y no me trastoca nada. Lo único que te influye es en la venta de libros. Yo sigo viviendo en el mismo sitio, estoy casada con el mismo hombre y sigo dando clases en la misma universidad". Sobre el auge de los jóvenes autores, dice que no es de ahora y recuerda lo que se decía de Byron: "Nadie por encima de los treinta puede ser poeta".