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David Gies: "Ir al teatro es un acto de fe"

El hispanista presenta su estudio sobre el siglo XIX

El estadounidense David Gies, uno de los más prestigiados hispanistas contemporáneos, ha pasado por Madrid coincidiendo con la publicación en español de su libro El teatro en la España del siglo XIX, editado por la Universidad de Cambridge. Todo un profundo estudio, que Gies ha alejado de academicismos farragosos. Apasionado por el teatro contemporáneo español, Gies habla de los paralelismos del mundo escénico del siglo XIX y el de hoy. "Entonces y ahora el teatro es una droga, ir al teatro es un acto de fe, de esperanza..., pero siempre se acude por si se produce el milagro, la magia ... , pero se da poquísimas veces", afirma.

.David Thatcher Gies, además de larguirucho y enjuto, es uno de los grandes hispanistas contemporáneos. Catedrático de Literatura Española de la Universidad de Virginia, Estados Unidos, su novedad estriba en la compaginación de sabiduría, investigación y amenidad. "Trato de que dentro de 200 años estas obras sigan siendo válidas", dice a propósito de su libro El teatro en la España del siglo XIX en donde intenta. demostrar que, en contra de lo que se piensa, el siglo pasado fue un gran periodo de teatro.

Para Gies el teatro español sufre una importante transformación el siglo pasado: "El teatro a principios del XIX era pésimo y caótico, pero en los años 20 y 30 se profesionaliza el teatro, algo que dura hasta nuestros días, aunque la escena española actual deja mucho que desear", dice este habitual, visitante de nuestro país. Se le ilumina la mirada cuando habla de los dramaturgos del siglo XIX y de las más de 10.000 obras escritas en ese periodo, de las que se conocen muy pocas. Uno de los grandes descubrimientos con que Gies se ha encontrado al bucear en el siglo XIX es que había muchas dramaturgas, pero siempre se las trataba como hombres: "Para aceptar las como intelectuales se las describía con -atributos masculinos y muchas veces firmaban con nombres de hombres, menos mal que ahora hay mucha actividad por parte de las mujeres".

Se le entristece la expresión si su conversación le lleva a opinar de los autores actuales: "No creo que haya grandes dramaturgos..., Buero Vallejo sí, es incomprensible porque no se le reconoce lo grande que es, le pasa como a Echegaray que nadie le perdonó que le dieran el Nobel y le criticaban sus contemporáneos". Con su perfecto y rico castellano Gies dice tener la impresión de que todo se para en Lorca y Valle: "Aunque hay gente que lo está intentando muy seriamente, como Sanchis Sinisterra o Fermín Cabal". Esta tesis le ha llevado a conocer el primer acto de muchos espectáculos: "Luego me aburro y me salgo".

También deja claro que cuando se produce la magia no hay nada igual: "Se da una confluencia de la palabra, el gesto, quizá el olor, y se produce algo excepcional, transformador, a lo que jamás se accede desde cualquier otro arte, es fascinante, esa es la droga del teatro, siempre buscas que te vuelva a ocurrir y cuando sucede es un subidón".

Dice que el cine ha tomado el papel que el teatro tenía el siglo pasado: "La gente iba continuamente al teatro, a los actores, que muchas veces asumían el papel de director escénico y productor, se les paraba por la calle y gozaban de un tremenda popularidad..., eso hoy ocurre, pero con el cine". Gies cree que deben existir subvenciones para el teatro igual que para los hospitales públicos: "Ambas cosas enriquecen nuestra vida, pero el gran teatro no necesita ayuda, ya está arriba, es la creación de gente joven, incluso la mala, la que hay que apoyar".

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