Dimite Ramón Colom como director de TVE por incompatibilidad con el nuevo equipo
Destituciones en cadena de directivos y periodistas en la televisión estatal
El director de Televisión Española, Ramón Colom, dimitió ayer de su cargo por "incompatibilidad" con el nuevo equipo directivo. Es la segunda vez en dos semanas que Colom presenta su dimisión a la directora del ente público RTVE, Mónica Ridruejo, pero ayer lo hizo "con carácter irrevocable" por una serie de acontecimientos que colmaron el vaso de los desencuentros entre ambos. También ayer varios altos cargos fueron destituidos -uno de ellos, Amadeu Fabregat, dimitió como adjunto a la dirección- y el director de los servicios informativos de la cadena estatal, Ernesto Sáenz de Buruaga, decidió prescindir de seis de sus periodistas contratados.
Esta tormenta interna que vivió ayer la televisión estatal tuvo su punto culminante en la dimisión de Colom. Éste último precisó a EL PAÍS: "Me marcho por razones profesionales y empresariales; no por motivos políticos ni personales". Colom ha pactado con Ridruejo continuar hasta que le encuentre sustituto, y como máximo hasta el día 30 de este mes. El hasta' ahora director de TVE es fijo de plantilla desde 1975 y fue nombrado número dos de la casa en 1990. Sus proyectos profesionales no pasan por la continuidad en TVE: muy probablemente aceptará una oferta de trabajo en el sector privado de la comunicación. Los problemas entre Colom y Ridruejo se han intensificado en los últimos 15 días. La relación profesional llegó a un punto de extrema tirantez cuando Ridruejo prometió a Colom que no habría más ceses que los producidos hace 15 días. Sin embargo, han continuado las destituciones de personas de su confianza -Alicia Fernández, responsable de los centros territoriales, despedida hace pocos días, y Soledad Sanz, jefa de personal, la última en caer- de las que se ha enterado por los pasillos. Colom se encontró ayer encima de su mesa los despidos de varios periodistas pendientes de su firma. Se negó a firmarlos y reiteró su dimisión.
La intensa jornada de cambios continuó con la destitución, por parte de Ernesto Sáenz de Buruaga, de distintos periodistas contratados. Se trata de Amalia Sánchez Sampedro, corresponsal política; Javier Gilsanz, hasta ahora responsable del área de economía; y Josefa Rodríguez, informadora de tribunales. A los dos últimos, Sáenz de Buruaga les ha ofrecido otros, puestos, según dijo a EL PAÍS.
Corresponsales
También hoy les será comunicado su despido a tres corresponsales ligados a TVE mediante contrato: José Antonio Martínez Soler (Nueva York); María José Ramudo (Moscú) y Nuria Ribó (Londres). Esta última se enteró ayer de lo que le había ocurrido cuando EL PAÍS le llamó para contrastar el hecho: "Yo no sé nada, ésta es la primera noticia que tengo". Ribó, que anteriormente fue corresponsal en Nueva York durante ocho años, llevaba en total 16 años en TVE con diversos contratos como corresponsal. Los tres periodistas en espera de despido estaban ayer preparando sus crónicas, ajenos a los movimientos de piezas que se han fraguado en Torrespaña. La razón alegada por Sáenz de Buruaga es que "dentro de los cambios lógicos que se ,producen en cualquier empresa cuando llega un nuevo equipo directivo, hay mucha gente de plantilla capacitada para ocupar estas corresponsalías".
Todo parece indicar que, pese a la situación de crisis económica que vive RTVE, el dinero no es la causa de que se haya prescindido de dichos periodistas. El propio Sáenz de Buruaga ha hecho ofertas sustanciosas a profesionales de otras televisiones: es el caso de Olga Viza, Carles Francino o Mercedes Milá. Ninguno de ellos aceptó finalmente, pero en varios casos, las televisiones en las que se han quedado -Viza en Antena 3 y Francino en TV3- han prometido mejoras económicas a ambos a cambio de su fidelidad.
El hecho de que el dinero no es el problema lo confirma la propia retribución atribuida por TVE a Ernesto Sáenz de Buruaga, quien en Onda Cero cobraba más de veinte millones de pesetas anuales y aceptó cambiar a TVE por una cantidad superior a dicha cifra, que queda lejos de los once millones anuales que cobraba su antecesora, María Antonia Iglesias.
Por su parte, Mónica Ridruejo destituyó a cuatro responsables de centros territoriales y a dos altos cargos de TVE. Los centros son los de Madrid (a cuyo frente estaba María José Bueno Márquez); Navarra (Serafín Rodríguez Gamen); Castilla-La Mancha (Miguel Nieto González) y La Rioja (Antonio Moral Gil). También cesó al director de Recursos Humanos, Carlos Conde Merlo y la directora de Personal de TVE, Soledad Sanz Salas.
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