Marsillach declina continuar en la Compañía de Teatro Clásico
Adolfo Marsillach, al que ayer se le propuso continuar al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que dirige desde que ésta se fundara hace 10 años, se acogió a una claúsula existente en su contrato que le permite abandonar su cargo previo aviso de seis meses. Así se lo hizo saber a Tomás Marco, director del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, (INAEM), organismo autónomo del Ministerio de Cultura. "He agradecido su petición", afirma Marsillach, "pero por coherencia personal pedí una claúsula en mi contrato con el fin de que éste se pueda extinguir por mi propia voluntad o del INAEM, claúsula a la que me acojo y comunico que a finales de año dejaré la compañía". Según Marsillach, tanto Marco como Eduardo Galán, del área de teatro del INAEM, han entendido su postura: "En una semana se me contestará, o aceptando esa rescisión de contrato o pidiéndome que reflexione y continúe hasta la finalización de mi contrato, que por orden natural terminaría a finales de 1997". En este último caso Marsillach reflexionaría y volvería a contestar.
Por su parte, Miguel Ángel Cortés, secretario de Estado de Cultura, declaró la semana pasada: "No quiero hacer sufrir a gente como Marsillach, que han declarado en público que no resistirían ni un minuto con un Gobierno del PP". Cortés dejaba así bien claro que Marsillach sería una de las personas a las que se le comunicaría su cese.
