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BIOLOGÍA: MAMÍFEROS MARINOS

Amenaza de epidemias víricas en cetáceos

Alrededor de 2.500 delfines mulares murieron entre 1987 y 1988 en la costa este de Estados Unidos. En 1988, 17.000 focas perecieron en pocos meses en diversas zonas del mar del Norte. En 1990 el Mediterráneo perdió miles de delfines listados. Todas estas mortandades fueron, causadas por agentes de la misma familia de morbillivirus, que produce una enfermedad letal similar a la del moquillo en los perros. Los científicos consideran que todas ellas son episodios de una misma epizootia que ha podido tener algunos brotes más -sin registrar- en los últimos años y que puede dar lugar a otros nuevos."Los datos que poseemos indican una lenta extensión de este agente, iniciada en 1987 en la costa este estadounidense y continuada por el mar del Norte y el Mediterráneo en los años posteriores. Incluso he tenido noticias de su entrada en el mar Negro, aunque no se ha registrado oficialmente", afirma Mariano Domingo, profesor del departamento de patología animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona, que ha estudiado el morbillivirus en más de cien necropsias realizadas a delfines muertos en la epizootia del Mediterráneo. A este tema dedicó Domingo una de las ponencias del Curso de Estudio de Cetáceos organizado recientemente en Madrid por Balaena, instituto para la investigación científica y conservación de los mamíferos marinos.

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"De ser correcta esta teoría", continúa Domingo, "en los próximos años aparecerían nuevas epizootias en diversas partes del planeta donde haya alta densidad de mamíferos marinos. De hecho, hace un año murieron en Namibia unas cuantas focas; las causas no quedaron claras y se restringió muchísimo el acceso, a los investigadores. Se atribuyeron a un fenómeno normal de carencia de alimento y a que era la época posparto de los mamíferos. Pero en las fotos se veían animales abortados, lo que indica que probablemente había algo más".En el hemisferio norte la situación parece estabilizada, según este científico, lo que podría deberse a que a la epizootia, sólo le queda por ocupar el océano Pacífico, y éste tiene barreras geográficas difíciles de traspasar, salvo por el Índico.

La cuestión es diferente en el hemisferio sur, donde el silencio podría deberse únicamente al escaso desarrollo de los sistemas de vigilancia de casi todos los países. La mayor o menor repercusión del virus depende también de la situación de las poblaciones de animales, de sus migraciones y otros múltiples factores.

Síntomas

El virus se propaga por las excreciones, y se adquiere por vía respiratoria. Los síntomas de la enfermedad son conjuntivitis, tos, transtornos nerviosos o diarreas. La vacunación masiva de los animales, a pesar de que se ha ensayado con éxito una vacuna en las focas monje hawaianas, ha sido desestimada por considerarse que produciría un transtorno mayor que el riesgo de la enfermedad. Actualmente, sólo se vacuna a ejemplares aislados en los centros de recogida y recuperación de animales.Los científicos no han determinado si estos virus son de reciente aparición o existían desde hace tiempo en estos animales, puesto que apenas se había estudiado la virología de los mamíferos marinos hasta ahora. Incluso hay teorías que indican que, sean nuevos o no, ahora resultan tan dañinos porque los mamíferos marinos, sobre todo los delfines, se encuentran muy debilitados por factores ambientales.

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