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Los nuevos editores buscan otros caminos para la creación

El relevo generacional apuesta por diversificar y especializar la oferta

Guillermo Altares

Algunos se lanzaron a la aventura porque querían trabajar al margen de los grandes grupos que dominan el mercado editorial español. Otros porque veían huecos muy claros en los que colocar un tipo de libros o porque tenían ganas de ver editados algunos títulos. En casi todos los casos ha influido mucho el amor al arte. Lo que es un hecho es que en los últimos tiempos ha surgido en España una serie de nuevas editoriales cuyo punto en común es, precisamente, que no tienen ninguno, salvo la voluntad de no trabajar al margen del mercado. Ninguno pretende guisarse y comerse sus propios títulos en pequeñas librerías de su área geográfica, pero todos comparten la voluntad de evitar ser absorbidos por las corrientes que dominan el mundo del libro en la actualidad."Creo que es un relevo generacional que puede corresponderse con un ciclo, aunque cada editorial está definida por gustos y ambiciones muy personales", afirma Miriam Tey, responsable de la editorial barcelonesa Ediciones del Bronce. "La creación de una editorial para jóvenes autores era un viejo sueño y pensamos que ahora era posible", dice José Huerta, alma máter de La Lengua de Trapo, una editorial con sede en Madrid dedicada fundamentalmente a la publicación de autores noveles. "La gente estaba un poco cansada de las cuadras editoriales mayores, que suelen estar bastante cerradas. Nosotros pensamos que podía haber una opción", señala Kepa Murua, director de la editorial vitoriana Bassarai, que se define como "un proyecto de creación literaria ligada a la periferia y a los autores más jóvenes". Serres, la editorial creada por Concha Grijalbo desde Valencia, surgió cuando su responsable descubrió que en el mercado de las publicaciones infantiles españolas había unos cuantos huecos flagrantes, como por ejemplo los libros de arte para niños, que se podían encontrar en las librerías de los museos de Estados Unidos o el Reino Unido.

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Este fenómeno se produce coincidiendo con el renovado interés por los autores jóvenes, que en algunos casos han ocupado puestos vertiginosos en las listas de libros vendidos y que muchas editoriales buscan con auténtico frenesí. Pese a que no establecen una relación directa y rechazan haber nacido en la estela de esta renovación en el panorama literario, sí creen que puede ayudarles. "Este boom puede arrastrar a la gente a comprar libros de autores que no conozcan. Las referencias están cambiando y hay una necesidad de nuevos temas, nuevos asuntos", afirma Kepa Murua.

Todas las respuestas de los editores consultados son tan diferentes como sus orígenes profesionales. Pero ninguno pretende dar la espalda a las librerías, ni limitar sus áreas de difusión. Sólo quieren entrar por otras puertas.

Esta voluntad es para Ignacio Tolnado, responsable en España de las librerías de las tiendas francesas FNAC, el factor que podría definir a esta nueva hornada de editores. "Las ha habido siempre. Como en el caso de la música, es inevitable que la gente quiera producir al margen. Siempre han surgido nuevas editoriales por ciclos, algunas veces son intentos casi heroicos que, tras permanecer un tiempo en la sombra, se pasan el testigo unos a otros. Pero es verdad que ahora quieren entrar en el juego de la venta. Tienen muy claro que sus publicaciones tienen que estar en el mercado", señala Tolnado. A pesar de la dura competencia han conseguido hacerse un hueco.

Una de las pocas editoriales recién salidas del horno que se ajusta más al tipo de proyectos que pretenden mantenerse al margen de las corrientes del mercado es la que acaba de poner en marcha Mauricio D'Ors (y que lleva su nombre). D'Ors fue uno de los fundadores de la mítica editorial Nostromo (junto a Diego Lara y José Antonio Molina Foix), que publicó muchas joyas del género fantástico. Está especializada en fotografía y pretende, en palabras de Maurício D'Ors, "editar libros de fotografía en blanco y negro que se vean como película, que cuenten una historia". Los libros tienen tiradas pequeñas y sólo se distribuyen en librerías muy precisas. Sin embargo, como fenómeno general, D'Ors sí cree que se están produciendo transformaciones. "Es un poco una vuelta a los orígenes, a primar los proyectos personales, porque desde los años ochenta se había perdido un poco la cosa de andar por casa".

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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