'Estoy contento de mi paso por Madrid", dice Rivera Ordóñez

El torero Francisco Rivera Ordóñez, jadeante pero satisfecho, manifestaba después de su segunda y última corrida en esta feria: "Quitando lo de la espada en el sexto toro, estoy contento de mi paso por Madrid". Inmediatamente, en un gesto de humildad, Rivera añadía: "Pero yo no soy quién para calificar lo que he hecho, sería imparcial. Deben ser los aficionados los que deben hablar".Pese a su laconismo, Rivera Ordóñez algo decía. "Mi primer toro ha sido muy noble, con mucho son", afirmaba el torero. "Pero ha durado muy poquito". ¿Cómo fue la estocada en ese toro, en el que el torero ordenó que la cuadrilla se apartase y dejase morir al toro? "Yo creo que muy buena. Nada más darle la estocada, vi que él toro estaba muerto en pie, la expresión de su carita lo cantaba".

El sexto "también era muy noble, tal vez algo más paradito", manifiestaba el torero. "Yo me he encontrado bien con él, a gusto, pero tampoco he querido atacarle mucho porque se me podía parar". Rivera aseguraba desconocer por qué falló con la espada en ese sexto toro. "No sé lo que pasó", dice. "Creo que el toro no me humilló lo suficiente".

Rivera justificaba la escasez de sus comentarios sobre sus dos tardes en San Isidro con estas palabras: "Tengo muchas cosas en la cabeza".

Decepción de Barrera

La alegría de Francisco Rivera Ordóñez contrastaba con la decepción de Vicente Barrera, que también se despedía de la Feria de San Isidro. "Me voy disgustado", manifestaba Barrera. "No he tenido suerte con los cuatro toros que he matado en la feria".El torero valenciano creía que el presidente de la corrida se había equivocado con el segundo toro de la tarde. "Me ha obligado a darle un tercer puyazo, para ver si se caía el toro y devolverlo", afirmaba. "Yo no quería dárselo porque el toro no lo necesitaba. Luego, claro, el toro se ha parado y poco se ha podido hacer".

Pero cuando más se enfada Barrera es al recordar el comportamiento del quinto toro, segundo de su lote. "Ese toro ha sido incomodísimo", dice el torero. "Es el típico toro que viene pero no se va, andarín, sin parar de andar en ningún momento". "Yo no sé cómo no lo ha visto toda la plaza y parte del público me ha pitado", continúa. "Me he alejado mucho del toro para ver si se paraba de una vez, pero nada. El toro venía andando, sin embestir, con la cara a media altura , sin emplearse absolutamente nada. Además, hacía hilo. No entiendo cómo parte de la gente ha aplaudido al toro en el arrastre".

Vicente Barrera concluía: "Aunque tengo muchas corridas hechas, no me voy satisfecho, para nada. No sé, no he podido conectar con el público de Madrid. Tal vez haya tenido yo la culpa".