Tomás Marco inicia la reforma del INAEM y dice que habrá ceses "por la puerta grande"

El nuevo responsable de las artes escénicas del Ministerio de Cultura, el compositor Tomás Marco, anuncia una amplia reorganización. Confirma a Nacho Duato al frente de la compañía de danza, pero no se pronuncia aún respecto a figuras del teatro vinculadas a la etapa socialista. Es el caso de Adolfo Marsillach, director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, o Amaya de Miguel, directora del Festival de Almagro y mujer del ex ministro de Exteriores Carlos Westendorp. Si hay que sustituirlos, dice Marco a modo de consuelo, saldrán "por la puerta grande"

"En la medida en que sea su voluntad quedarse, Nacho Duato se va a quedar", señala Tomás Marco, que afirma no haber mirado el contrato del bailarín, firmado en vísperas del cambio político. "Estuve hablando ayer con él [por el lunes], ya que tiene una oferta fuera de Espafia. Le dije que si quiere seguir, por mí que siga. Es el mejor que podemos tener, la compañía está demostrando cada día que tiene éxito y la solicitan en todas partes".El nuevo director general del Instituto de las Artes Escénicas y de las Música (INAEM) asegura no saber en estos momentos a quién se va a sustituir y a quién no. "Es una cosa que habrá que hacer, no hay por qué dilatarla pero tampoco tener mucha prisa", comenta. "Tengo una gran admiración por Adolfo Marsillach", añade al repasar los nombres que pueden caer en la reorganización. "Lleva 10 años con la compañía, yo he hablado ya con él y vamos a ver una solución: si quiere seguir, o seguir una temporada, o si quiere marcharse y cómo se va a arbitrar eso. Pero, en todo caso, si Marsillach se va de la Compañía Nacional de Teatro Clásico se irá por la puerta grande, desde luego no se va a ir por la de servicio. Y, por otro lado, si hay que sustituirlo buscaremos una persona adecuada, iba a decir del mismo nivel, pero del mismo nivel que Marsillach hay muy poca gente".

De Amaya de Miguel insiste Marco en que su permanencia en el Festival de Teatro Clásico de Almagro dependerá de ella, aunque matiza que le ha dicho "que está un poco cansada". Y añade: "es una de las personas que debe salir por la puerta grande, y no por la de servicio".

Futuro teatral

En referencia al futuro del Centro Dramático Nacional, Tomás Marco señala que se va a apoyar para gestionarlo en el nuevo subdirector de teatro, Eduardo Galán. "Aunque de teatro sé bastante más de lo que sabían de música mis predecesores", comenta, "desde luego me voy a dedicar un poco más directamente a la música Respecto a la falta de relieve de Galán en los sectores teatrales, Marco comenta: "Es un autor joven y es funcionario, y las subdirecciones tienen que estar ocupadas por un funcionario. Y se trata de una persona que goza de la confianza del secretario de Estado [Miguel Ángel Cortés], lo cual es bueno para todos".El anterior cargo de Tomás Marco había sido el de director gerente de la Orquesta Nacional, donde le sustituyó un candidato de Carmen Alborch, José Vicente Cervera, que, sin el prestigio de Marco, llegó cobrando casi el doble que él. Tomás Marco dice no haber sentido nada especial al encontrarse como subordinado a quien le relevó en aquel cargo con aquel sueldo. "Yo de la Orquesta Nacional salí voluntariamente", asegura. "He visto la programación que se va a presentar el 6 de junio y me parece correcta. La orquesta tiene ahora una asignatura pendiente, que es la de buscar director titular, algo que empieza a ser urgente". Marco no se pronuncia sobre la marcha de Cervera, dada por hecha en los círculos musicales, ni sobre la de Emilio Sagi, director del teatro de la Zarzuela.

El nuevo responsable del INAEM empezó en la Orquesta Nacional con UCD, siguió con el PSOE, y llega al edificio ministerial con el PP. "Si alguien quiere pensar en mi imagen como camaleónica que lo haga, yo pienso que es la imagen de un independiente", se justifica.

Cultura castiza

Marco dice que asume del nuevo Gobierno el que tanto el presidente, José María Aznar, como la ministra de Cultura y Educación, Esperanza Aguirre, han asegurado que la cultura es su segunda preocupación, "cosa que hasta ahora no se había dicho en toda la democraIcia". Sobre el retorno a una cultura castiza que se le atribuye al PP, Marco, cuya trayectoria como compositor se inscribe en las vanguardias musicales, asegura que no se le han puesto condiciones. "Nadie me ha dicho que no me ocupe de la vanguardia, y me pienso ocupar de ella desde un punto de vista profesional", asegura. "Vengo de la Comunidad de Madrid, que es del mismo partido, donde he diseñado un Festival de Otoño para el que no se me ha puesto ninguna cortapisa".Añade que el casticismo no lo palpa a nivel de partido, sino de individualidades. "Pero en el PSOE también había muchos casticistas, y en la UCD, y también gente de vanguardia. Creo que la opinión que se pueda tener desde el punto de vista estético y técnico sobre las artes varía mucho más con la formación de la persona que con la ideología política".

Tomás Marco insiste en que no ha recibido de la nueva ministra de Cultura y Educación ninguna directriz en el sentido de abaratar la cultura, en ambos sentidos. "únicamente el secretario de Estado me ha dicho algo con lo que estoy de acuerdo: que intentemos acercar la educación y la cultura, que en este país han estado mucho tiempo muy separadas".

El INAEM debe continuar algunas buenas líneas iniciadas, asegura el compositor, "y corregir aspectos en que no hayan funcionado". Su principal objetivo lo sitúa en "defender y hacer conocer el patrimonio español, tanto teatral como musical, y entender que el patrimonio no es sólo las piedras o los muertos, sino también algo vivo, por lo que los autores contemporáneos van a tener una presencia. Se trata de impulsar esto y de cumplir un mandato constitucional: el de intentar la interconexión cultural entre las autonomías".