Tras la senda de los tres tenores

Los recitales de los tres tenores amenazan con crear escuela. La fórmula iniciada por José Carreras, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti en las termas de Caracalla en 1990, y repetida luego en Los Angeles en 1994, se ha convertido en el mayor negocio jamás montado entorno al bel canto. Las imitaciones se suceden y, aunque no han conseguido igualar sus éxitos, otros cantantes siguen la senda de los tres tenores imitando su célebre concertone. Después de las sopranos y los contratenores, Matti Salminen, Jaakko Rhánen y Johann Tilli tientan la fortuna con el disco Los tres bajos finlandeses en concierto.Hasta 1990, lo normal es que los cantantes de la misma cuerda actuaran por separado. Reunir en un mismo escenario a tres divos era tentar al diablo por los celos que históricamente han caldeado el negocio de la lírica. Pero el "pacto" de Caracalla obró el milagro y Carreras, Domingo y Pavarotti, siempre citados por orden alfabético para no despertar la ira dormida, enterraron el hacha de guerra e iniciaron un idilio millonario.

Seis años después, los tres tenores siguen fraternalmente unidos, dispuestos a forrarse con la gira de siete recitales que iniciarán el próximo 29 de junio en Tokio. Animados por tan suculentos antecedentes, los tres bajos ofrecieron un recital en Helsinki el pasado mes de diciembre, grabado en directo por el sello Finlandia y lanzado ahora por Warner Music, la misma compañía que lanzó el segundo recital de los tenores.

Los productores del recital de los bajos, Kari y Veijo Varpia, también venden denominación de origen. En el libreto del compacto, después de afirmar que los tenores venían de Italia, España y México (creen que Plácido Domingo es mexicano), el director de la India y la orquesta de Estados Unidos, proclaman que en este disco los bajos, el director y la orquesta proceden todos de Finlandia, como Santa Claus. Matti Salminen, uno de los bajos más cotizados del mundo, y sus colegas, acompañados por la Filarmónica de Helsinki y el prestigioso director Leif Serstam, cantaron las más populares páginas de su repertorio, desde las arias de Sarastro de La flauta mágica, de Mozart, a las de Felipe II en el Don Carlo verdiano, pasando por La calumnia de El barbero de Sevilla, de Rossini.

Como los grandes compositores nunca se imaginaron que tres solistas de la misma tipología vocal llegarían a cantar junto la misma obra, los bajos, igual que los tenores, han tenido que acudir a los arreglos para cantar juntos dos arias de El rapto en el serrallo, en alemán y en finalndés, y una canción popular.

Las primeras imitadoras de los tres tenores fueron las sopranos Renata Scotto e Ileana Cotrubas, que junto con la mezzosoprano Elena Obransova protagonizaron un recital el 1 de julio de 1991 en el anfiteatro romano de Siracusa, con la Sinfónica checa dirigida por Armando Krieger. Aunque la monumental voz de la Obraztsova no engaña y en el concierto sólo había dos sopranos, la mercadotecnia camufló a la mezzosoprano rusa como la tercera soprano que el sello británico IMP necesitaba para lanzar el disco con el reclamo de Las tres sopranos en concierto.

Los más peculiares contrincantes de Carreras, Domingo y Pavarotti han sido los contratenores Andreas Schell, Dominique Visse y Pascal Bertin, que el pasado año protagoniza ron el disco Los tres contratenores en concierto, publicado por Harmonia Mundi. Se trata de una divertida parodia en la que con sus voces masculinas agudas cantan arias de soprano, contralto y mezzosoprano, además de cantar juntos célebres arias y canciones napolitanas. Ahora sólo faltan los barítonos y las mezzosopranos para agotar las secuelas del recital de los tres tenores.