"No acepto imposiciones para formar mi equipo"

Iba para ministra del agua y se ha quedado en la tierra del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Soltera, de 45 años y natural de Madrid, ha sido diputada durante las dos últimas legislaturas por Segovia, provincia que conoce palmo a palmo. Tiene fama de tener unas fuertes convicciones cristianas. Ello le ha supuesto andar con desmentidos a rumores "burdos y preparados", durante las últimas semanas. No lleva anillo de compromiso con nadie ni con ningún grupo religioso, sino un recuerdo de su padre.Durante su etapa de parlamentaria se ganó fama de mujer bravía, dura y hasta mal encarada. Quienes la conocen de siempre y los que la acaban de descubrir en el sector agrario, aseguran, por el contrario, que es llana, cordial, cercana y dialogante. Sus colaboradores destacan su espíritu espartano y su honestidad. Se dice de ella que, cuando adopta una decisión meditada, la sigue en línea recta. Respeta las ideas contrarias, pero no soporta los cambios de chaqueta. Tiene debilidad por los agricultores de a pie que luchan por su explotación. No soporta las recomendaciones ni la presiones de grupos económicos y se acaba de estrenar tomando una decisión contraria a la derecha económica al manifestarse decidida partidaria de una solución nacional para Azucarera, participada en su mayoría por el Banco Central Hispano.

Pregunta. Desde 1989 los agricultores franceses han protagonizado más de 40 agresiones contra los productos españoles. ¿Qué medidas nuevas se pueden adoptar?

Respuesta. No hay soluciones mágicas. Está visto que no sirven las protestas ni siquiera las medidas adoptadas hasta la fecha por la Comisión. Bruselas debería actuar con más fuerza frente a Francia y, sobre todo, es indispensable que los agresores dejen de actuar con la total impunidad como lo están haciendo. Es necesario que la Administración francesa y las fuerzas de seguridad de ese país apliquen la ley y que se juzgue a los agresores.

P. ¿Cuál va a ser el organigrama definitivo del ministerio?

R. Las cuatro secretarías generales del periodo anterior se han reducido a dos, una de Pesca y la Secretaría de Agricultura y Alimentación, que incluirá las anteriores de Producciones y Mercados, Alimentación y Desarrollo Rural, y Conservación de la Naturaleza.

P. Contando con que hay muchos puestos ocupados por funcionarios, ¿Cuál va a ser realmente el ahorro de esta nueva estructura?

R. No se ha buscado solamente el ahorro, sino también el lograr una mayor agilidad a la hora de adoptar las decisiones

P. ¿No es contradictorio buscar mayor agilidad y crear esa macrosecretaría general?

R. Yo considero que con esta nueva secretaría general se puede lograr una mayor eficacia. No va a afectar negativamente al funcionamiento de todo lo relacionado con el medio rural y la conservación de la naturaleza. Por otra parte, es bueno que exista una mayor coordinación entre alimentación y producciones y mercados. Son cuestiones que van en el mismo barco.

P. Al mes de su llegada, da la impresión de no tener cerrado su equipo cuando se supone que ya sabía antes que iba para este ministerio...

R. Aunque la gente es libre para pensar lo que quiera, lo cierto es que no me enteré que venía a este puesto hasta el 2 de mayo. En consecuencia, tampoco he tenido tanto tiempo para buscar las personas para los cargos.

P. ¿Ha recibido muchas presiones desde familias del PP o grupos económicos para colocar sus delfines en el ministerio?

R. No se trata de colocar a personas por ser de una u otra determinada familia política o una comunidad autónoma. Pretendo la eficacia y un equipo unido. Han llegado infinitas sugerencias desde diferentes grupos, pero no acepto imposiciones de nadie. Quienes pudieron pensar que podían dominar el ministerio para determinados intereses ocultos, se han equivocado. Mi equipo lo formo yo.

P. ¿Quiénes van a ser los interlocutores del ministerio?

R. Voy a contar con todas las organizaciones agrarias y, en general, con todos los que tengan alguna representación en el sector. Igualmente pretendo lograr una mayor coordinación y fluidez en las informaciones con las comunidades autónomas.

P. ¿Está dispuesta a constituir una mesa institucional para los debates con el sector agrario?

R. En principio, lo que pretendo es mantener un diálogo fluido permanentemente y, sobre todo, en aquellos momentos en que haya problemas sobre la mesa. Por ejemplo, pretendo que antes de cualquier negociación en Bruselas, haya reuniones tanto con organizaciones agrarias como con las comunidades autonómas para tener unas posiciones conjuntas.

P. En el sector agrario, al cabo de 20 años desde la ley de Libertad Sindical, aún no se sabe quién representa a quién. ¿Impulsará el PP procesos electorales en las cámaras agrarias de las comunidades autónomas?

R. Sería muy bueno ir a una clarificación sindical. Las elecciones serían el mejor instrumento para medir la representatividad. Pero las cámaras agrarias no tienen por qué ser el único baremo. Hay otros instrumentos para medir la representatividad.

P. Las ayudas comunitarias son un elemento clave en las rentas agrarias. En el campo hay quienes defienden que éstas se paguen fundamentalmente a los profesionales de la agricultura.

R. Sobre un total de 1,4 millones de perceptores de ayudas, 400.000 son agricultores a título principal y el resto, no. Yo defiendo el mantenimiento del sistema actual, aunque pretendo la aplicación de otras medidas de apoyo para estas explotaciones.

P. ¿Cuáles son las grandes prioridades del ministerio?

R. Con carácter general, sin entrar en detalles, se centran en dos grandes objetivos. Primero, lograr un diálogo fluido, llevar una política concertada contando con el sector. Segundo, defender los intereses nacionales en Bruselas. Me preocupan las nuevas OCM [organización común de mercados], pero no menos los efectos de los acuerdos bilaterales con terceros países que pueden hundir nuestra agricultura e industria alimentaría. Quiero impulsar el rejuvenecimiento, la modernización y la competitividad del sector agrario.

P. La ha montado buena con su oposición a la venta de Azucarera a un grupo exterior...

R. En este punto tengo las ideas muy claras. Los olivares no se pueden trasplantar a otros países. La remolacha sí, si un día cambia el actual sistema de cuotas. Me opongo a esa venta. Ya he dicho a mis amigos que en este punto soy liberal, pero con matices. Mucho más cuando hay grupos nacionales interesados en su compra.

P. ¿Metió la pata con lo del agujero de Agricultura?

R. Me reafirmo en mis manifestaciones, aunque posiblemente sea incorrecto lo del agujero si con ello se pudo interpretar que alguien se ha llevado dinero. Eso no. Pero, lo que sí es cierto es que había partidas de gastos no reconocidos y otras insuficientemente dotadas, como los pagos por sequía o la deuda con la industria alimentaria. Existía un grave desajuste entre gasto y partidas presupuestarias.

P. ¿Cómo va a poder abordar todo lo que tiene por delante: Plan de Regadíos, ley de Modernización de Explotaciones, indemnizaciones compensatorias..., si se recorta el actual presupuesto en 7.000 millones?

R. Tengo claro, en primer lugar, que hay que cumplir el compromiso de Maastricht, y eso va a suponer esfuerzos para todos. En el Plan de Regadíos, los estudios encargados por el equipo anterior sobre su viabilidad no se acabarán hasta el verano. En consecuencia, todavía ni siquiera podemos hablar de un plan aprobado. En la política de regadíos, trataré de llevar a cabo una política de mayor coordinación en las inversiones con obras hidráulicas. En lo que afecta a la ley de Modernización, es una pieza clave y contará con recursos, aunque se quiten de otras partidas.

P. ¿Loyola de Palacio puede hacer milagros?

R. No puede hacer milagros, pero hará todo lo posible para mejorar la gestión. En muchos casos no todo es cuestión de dinero, sino de eficacia en el gasto. Hay ahorros que suponen el chocolate del loro. Lo que sucede es que hay muchos loros comiendo chocolate.