Los profesores de humanidades creen en la promesa de Aznar de ampliar su asignatura

Desde que el presidente del Gobierno, José María Aznar, diera a conocer en su discurso de investidura del 3 de mayo el propósito del Ejecutivo de practicar "la ampliación de los contenidos humanísticos", los colectivos relacionados con las lenguas clásicas y la filosofía han vuelto al ataque. Una batalla que mantienen desde que en los años ochenta se pergeñara la reforma (LOGSE). Filósofos y docentes de latín y griego quieren conseguir que su asignatura recobre el protagonismo que les ha quitado la reforma. "Para llevar adelante este objetivo", añadiría Aznar, "se pondrán en marcha las reformas necesarias, en permanente diálogo con los diferentes sectores educativos de modo que las modificaciones legales sean las imprescindibles". Sendos manifiestos han salido ya de las asociaciones de filósofos y de estudios clásicos dirigidos a la responsable de Educación, Esperanza Aguirre. Esperan una negociación.

Bajan los docentes

Si antes de la aplicación de la reforma, los institutos de bachillerato de mayor número de alumnos contaban con una media de cuatro profesores de filosofía, con la reforma, han pasado a ser dos o dos y medio. En latín, de tres a uno. En griego, de uno a uno, o a ninguno. Este horario lectivo incluye el 4º de la educación secundaria (ESO) y los dos de bachillerato (cuatro modalidades: artes, humanidades, ciencias naturales y de la salud y tecnología).La cuestión del número de horas se plantea especialmente por el hecho de que estas asignaturas ya no disfrutan de una parte de su categoría de obligatoriedad, que ha pasado a convertirse en opcionalidad dentro de un mercado de oferta muy variada en el que el alumno, influido por el practicismo, tiende a definirse por asignaturas aparentemente más útiles. Por ejemplo, en 2º de bachillerato, el griego tiene que competir con un segundo idioma extranjero y con la economía dentro de la modalidad de humanidades y sin posibilidad de tener presencia en los otros tres bachilleratos. La filosofía, pasa por el mismo mercado enfrentándose, según el curso, hasta con ocho materias.

La ventana abierta hacia ampliar los contenidos humanísticos ha puesto sobre el tapete mil y una propuestas. Una de ellas, ya apuntada antes de conocerse el programa del PP, ampliar el bachillerato a tres años. Filósofos y clásicos ven esta medida no solamente como un aumento de horario, sino como una posibilidad de convertir ese tercer año de bachillerato "en una conexión real con la Universidad, no como ha ocurrido con el COU que, en ese sentido, ha sido un fracaso", comenta Luis Cifuentes, presidente de la Sociedad Española de Profesores de Filosofía (SEPFI).

Si bien el paso a tres años del bachillerato es un punto de encuentro entre todas las partes, no hay coincidencia en el acoplamiento de ese año. La insinuación del programa popular tiende a incluirlo en el cuarto año de la ESO, haciendo de éste un curso bivalente: ESO o bachillerato.

Esta opción no satisface a los colectivos docentes de humanidades que se decantan más por prolongar el bachillerato de los 18 a los 19 años. Pero el problema de esta alternativa conllevaría cambiar la ley y llevar la nueva propuesta al Parlamento. "No sé si cabe resquicio para un curso preuniversitario", comenta Alfonso Martínez de la Sociedad Española de Estudios Clásicos (SEEC) con 5.000 afiliados, "pero será muy difícil pensar en una mayor presencia de las humanidades sin un bachillerato más largo".

El éxito de las XIII Jornadas Europeas de Teatro Grecolatino en el teatro romano de Segóbriga (Cuenca), celebradas durante diez días de mayo y con la asistencia de más de 30.000 alumnos de bachillerato, ha estimulado de nuevo a los defensores de las lenguas clásicas a seguir en la brecha. "Estamos queriendo negociar", afirma Francisco Rodríguez Adrados, presidente de la SEEC; "ya hemos hablado con el presidente Aznar. Tendría que ser un gran acuerdo nacional. Esperamos que nos reciba la ministra".