SALVAR EL LAGO

Hasta la prensa internacional se dio cita el pasado domingo en la pequeña localidad sueca de Stigtomta, unos 200 kilómetros al sureste de Estocolmo, para documentar una de las más originales acciones en defensa del medio ambiente, en este caso del pequeño lago Hallbo, que bordea la ciudad: la puesta en práctica de la decisión de sus habitantes de orinar a la intemperie, contra los arbustos o las maderas de los establos según la vieja usanza, en lugar de hacerlo en los urinarios de su casa. La madre de esta idea se llama Astrid Jansson, que el pasado otoño formó el llamado Grupo dé Acción para Salvar el Lago Hallbo. El motivo fue que los peces del lago habían empezado a morir por la falta de oxígeno y la alta concentración de nitrógeno. Éste procede en su mayor parte del orín de los 2.000 habitantes del pueblo que se vierte en las aguas a través de los canales naturales. Periódicamente, expertos realizarán una evaluación de la concentración de nitrógeno para comprobar los efectos de la medida. Durante la misa del domingo, el párroco del lugar, Sven Björkborg, exhortó a los fieles a seguir la recomendación de Astrid Jansson. Todos, hombres y mujeres, niños y viejos, cumplieron su cometido. Pero las mujeres utilizaron una especie de tienda de campaña por la que sólo asomaba su cabeza.-