Antonio Saura se reencuentra con la pintura después de cinco años
El artista expone en una galería madrileña su última obra
El pintor Antonio Saura (Huesca, 1930) llevaba cinco años sin poder pintar. Una operación de cadera le ha tenido prácticamente sentado todo este tiempo. Ya recuperado, ha retomado los pinceles para hacer una treintena de retratos imaginarios que desde hoy expone en la galería Marlborough de Madrid (Orfila, 5) bajo el título de Estados imaginarios. Rembrandt, Felipe II el perro de Goya son los protagonistas de esta obra última que se muestra junto a, algunas tras de etapas anteriores.
Los problemas físicos no han supuesto, ni mucho menos, que Saura permaneciera inactivo durante todo este tiempo. Además de escribir, ha podido dibujar e incluso organizar exposiciones. Pero su reencuentro con la pintura es su auténtico certificado de retorno a la normalidad. "He trabajado en todo aquello que pudiera hacer sentado. Pero pintar era imposible porque trabajo la tela de pie. Casi bailando. Lo mío con la tela es una especie de danza ritual. Cada pincelada requiere un paso atrás, tengo que ver lo que hago desde una perspectiva determinada".Cuenta Antonio Saura que con esta exposición quería mostrar la continuidad que hay entre lo que hacía antes y lo que hace ahora. El 90% de lo que se puede ver en la galería es obra reciente, y el resto, anterior.
Pintor de creación rápida, lo que hoy expone es producto de los dos últimos meses. "En la realización de un cuadro no tardo más de un día. Como mucho, dos. Eso sí, yo trabajo entre 10 y 12 horas diarias. A veces borro todo y vuelvo a empezar. No retoco. Cuando empiezo, tengo clara la unión de gestos y estructuras, y actúo con una velocidad vertiginosa". Pese a esa rapidez, Saura asegura que no produce mucho porque también es mucho lo que destruye y porque no dedica más de tres meses al año a la pintura.
Goya
Gran amante de la obra de Goya, su aportación a las conmemoraciones del 250º aniversario de Goya va a consistir en la realización de dos exposiciones. En el Chateau de Jeau, cerca de Perpiñán, inaugura el 28 de junio una exposición con todos los trabajos que él ha realizado sobre el perro de la serie de pinturas negras de Goya, un conjunto que se pudo contemplar parcialmente durante la Expo de Sevilla. También será comisario de la exposición internacional Después de Goya. Una mirada subjetiva, que se exhibirá en la Lonja de Zaragoza a partir de noviembre. Esa exposición intenta mostrar la influencia de Goya en el grabado, pintura y dibujo de este siglo. A través de artistas como Ensor, Munch, Bacon, el grupo Cobra, etcétera, quiere demostrar el triunfo de la pintura en el siglo XX.Con estas iniciativas intenta quitarse el mal sabor que le ha dejado la exposición que el Prado dedica a Goya. "Es lamentable. El montaje es caótico. Hay que ser muy imagnativo para ser capaz de montar tan mal obras tan extraordinarias. Un auténtico bochorno".
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