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Lo que no remató Alcaraz, sí lo hizo Lehecka

El español cae en los cuartos de Doha frente al checo pese a la ventaja adquirida en la primera y la última manga, en un duelo muy intenso: 6-3, 3-6 y 6-4 (tras 2h 09m)

Alcaraz intenta devolver la pelota durante el partido contra Lehecka en Doha.
Alcaraz intenta devolver la pelota durante el partido contra Lehecka en Doha.Ibraheem Al Omari (REUTERS)
Alejandro Ciriza
ATP 500 Doha - cuartos -
Carlos Alcaraz
364
Jiri Lehecka
636

Recordaba Carlos Alcaraz un día antes, después de sortear la barrera de los octavos de Doha, que todavía arrastra ese involuntario y viejo vicio, incrustado ahí, de perder en algunos momentos el foco y avivar así a los rivales. Pudo corregirlo el miércoles ante Luca Nardi, aún colmillos de leche el italiano, pero no así este jueves frente a Jiri Lehecka, otra dimensión, mucho más plomo en la raqueta y merecido semifinalista gracias a un doble golpe de timón: del 2-1 (con break) favorable al español en el primer set al 2-5 y manga para el checo, y del 4-2 y 40-30 en manos del número tres en el set definitivo a la derrota que certifica su adiós al torneo. Entre idas y venidas, otra vez muchas curvas y abundante vértigo, el de El Palmar termina sucumbiendo (6-3, 3-6 y 6-4, tras 2h 09m) y su adversario será el que afronte las semifinales de este viernes ante Jack Draper (4-6, 6-4 y 6-3 a Matteo Berrettini), después de que se resuelva el primer turno entre Andrey Rublev (6-1, 3-6 y 7-6(8) y Felix Auger-Aliassime (6-3 y abandono de Daniil Medvedev).

Nunca es plato de buen gusto encontrarse con esa mezcla de potencia y frialdad que adereza el tenis de Lehecka (25 años y 25º del mundo). Sea cual sea la circunstancia, no titubea ni da un paso atrás el checo, tipo duro de pelar, poseedor de uno de los físicos más explosivos del circuito. No conviene concederle un milímetro. Dispara servicios cercanos a los 230 km/h, no tiene un punto flaco evidente y es capaz de romper la bola tanto en carrera como en estático. Difícil prueba siempre. Le cogió la matrícula el gran público hace poco más de un año, cuando finiquitó el último recorrido de Rafael Nadal en la Caja de Madrid, y entre bastidores siempre ha sido considerado como una amenaza a evitar. Muy lineal, no suele decaer. Le batió Alcaraz hace dos años en Queen’s, pero entonces el murciano ya pudo comprobar la rotundidad y la colocación de esos tiros, y el dinamismo de esas piernas con muelles. Formatos distintos los de ambos, pero fondos similares. A martillazo limpio.

Vocea el número tres cuando percibe que se le va escapando el primer set, merced al terreno recuperado por el checo gracias a un parcial de 5-1. Paradójico, no cabe duda. Cruda la síntesis: Alcaraz ha demarrado primero, suma siete ganadores más y a su vez ha incurrido en solo un error no forzado más; sin embargo, cae del otro lado. Aun así, el murciano no pierde la buena actitud. Sabe que esto de hoy va a ir de molares, de masticar y de apretar los dientes, de saber identificar y aprovechar el instante en el que el rival pueda bajar la guardia para encontrarle el mentón. Pegan y pegan los dos, como si fuera un concurso de fuerza, pero no faltan tampoco las florituras; tiran un par de globos deliciosos por barba y Alcaraz luce muñeca, aunque predominan los pelotazos cruzados desde las trincheras, a ver quién aguanta más, a ver quién es más irreductible.

Lehecka, en un instante del partido.
Lehecka, en un instante del partido.Ibraheem Al Omari (REUTERS)

Y en esas va imponiéndose el tonelaje del murciano, cada vez más entonado y más ordenado, de menos a más. Frente al rostro hierático de uno, el disfrute que desprende el otro. Rema y rema él, gozando del cuerpeo y anotándose la segunda manga con autoridad, aparente signo de dinámicas definitivamente invertidas; todavía más cuando el tercero también empieza con viento a su favor. Sin embargo, no renuncia Lehecka, guerrero él, y le vuelve a dar la vuelta. Un triunfo envuelto de contradicción. Transmite la hoja estadística que el español ha sido superior en todos los apartados: más ganadores (32-18), menos errores (25-36), mejor porcentaje con el saque (71-63), mejor recaudación con primeros (74-73) y segundos (41-36), y cuatro puntos más ganados en total (88-84). Sin embargo, entre lo paradójico de este deporte aflora la virtud de atinar cuando hay que atinar: lo que no convierte Alcaraz, lo transforma en oro el tenaz checo.

No se trata esta vez tanto de desconexiones como de concesiones. De saber cerrar la puerta cuando el de enfrente va agrandándose más y más. “No sé qué podría haber hecho mejor”, concede Alcaraz, que no logra remontar un partido desde que lo hiciera en la final de Pekín contra Jannik Sinner, en octubre; desde ahí, cinco intentos frustrados. “Quizá unos pocos puntos en los que no lo he hecho bien. Yo podría haberlo hecho mejor, pero su juego ha sido increíble, sin errores. De eso debo aprender. Tengo que seguir cuando estoy arriba en el partido. Creo que he estado a un nivel mental óptimo, concentrado; simplemente, en ciertos momentos del partido él ha alcanzado un nivel que yo no he sido capaz de alcanzar. En estos dos torneos [Róterdam y Doha, con el título obtenido en el primero] he dado un paso adelante en ese aspecto, así que me voy con la cabeza alta de aquí. Hay que darle mérito a Jiri, ha jugado un gran tenis; no considero que yo haya hecho nada mal”, zanja.

DUBÁI PIERDE A TODAS LAS FAVORITAS

A. C.

Han ido cayendo todas, a excepción de Elena Rybakina y Madison Keys, ausente esta última: Aryna Sabalenka, Iga Swiatek, Coco Gauff, Jasmine Paolini, Jessica Pegula, Qinwen Zheng, Emma Navarro y Paula Badosa. El top-10 ha ido desapareciendo del cuadro de Dubái, donde luce en las semifinales una joven de 17 años, Mirra Andreeva, destinada a integrarse a corto plazo entre las más fuertes del circuito.

Con cinco victorias ya frente a representantes del top-5, la rusa, semifinalista el curso pasado en Roland Garros, supera esta vez a Swiatek (doble 6-3) y se adentra por primera vez en la penúltima ronda de un WTA 1000. Dirigida por Conchita Martínez, crece y evoluciona en una interesante dirección, merodeando ya la planta más noble. Este viernes se medirá con Rybakina (6-2 y 7-6(2) a Sofia Kenin).

En el otro cruce se enfrentarán Karolina Muchova (6-2 y 7-5 a Sorana Cirstea) y Clara Tauson (7-6(4) y 6-4 a Linda Noskova).

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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