Trabajo prepara el retraso en la edad de jubilación voluntario, flexible y con incentivos

El actual equipo de Trabajo tiene intención de poner en marcha "de inmediato" el Pacto de Toledo sobre pensiones. Así lo manifestó ayer el secretario de Estado de la Seguridad Social, Juan Carlos Aparicio, tras su toma de posesión. Las primeras medidas irán en normas específicas, en los Presupuestos del Estado de 1997 y en la ley de acompañamiento. Una de ellas es la separación de la financiación entre la parte contributiva y no contributiva de la Seguridad Social. El retraso de la edad de jubilación -más allá de los 65 años- será voluntario, flexible e incentivado.

La posibilidad de jubilarse después de los 65 años será una realidad en pocos meses. El retraso, además de voluntario, será flexible mediante fórmulas como la jubilación parcial -compatible con seguir trabajando en jornada reducida- Y será incentivado con una reducción considerable de las cotizaciones.Otra de las medidas del Pacto de Toledo, la modificación del periodo de cómputo para calcular la pensión -ahora sobre los salarios cotizados en ocho años-, se hará tomando como referencia los principales países europeos en los que rigen periodos en torno a los quince años. El desarrollo del Pacto de Toledo se pondrá en marcha a través de un diálogo paralelo; por un lado, con patronal y sindicatos, y por otro, con los grupos parlamentarios, previsiblemente en la Comisión de Política Social del Congreso.

Trabajo prepara además el recorte del gasto aprobado por el pasado Consejo de Ministros, y que en su caso supone 5.000 millones de pesetas. El ministro Javier Arenas dijo que ello no afecta al gasto social ni tiene "ninguna previsión de recortar la cobertura del desempleo". También estudia el montante del déficit de la Seguridad Social, anunciado el lunes por Arenas que lo calificó de "muy importante". El departamento prepara un informe para precisar los datos y espera hacerlo público en menos de quince días. Pese a ese agujero encontrado en la Seguridad Social, el Partido Popular sigue afirmando que mantendrá el poder adquisitivo de las pensiones. Sin embargo no quiere concretar la fórmula que se utilizará en la revalorización de pensiones ni si va a continuar aplicando la subida según la inflación prevista, con cláusula de garantía que recoge toda la desviación de la inflación. El nuevo secretario de Estado de la Seguridad Social aseguró que esa fórmula, pactada para años pasados por el Gobierno socialista y los sindicatos, es "perfeccionable pero no modificable".

Arenas y Aparicio hicieron esas declaraciones tras la toma de posesión de los altos cargos de Trabajo y Asuntos Sociales, departamento en el que se suprimen una subsecretaría, una secretaría general, una secretaría general técnica y seis direcciones generales.

También tomó posesión ayer como director de la Oficina Presupuestaria José Barea, en un acto en el Palacio de la Moncloa al que asistió el presidente del Gobierno, José María Aznar. Ni Barea ni Aznar hicieron allí declaraciones. El director de la Oficina Presupuestaria sí matizó en Onda Cero sus polémicas afirmaciones de días pasados sobre el futuro de las pensiones: "Yo no he dicho que el Gobierno no vaya a actualizar todas las pensiones por el índice del coste de la vida. Me preguntaron si había obligación de hacerlo y dije que no porque está la ley del año 1985 aprobada por el PSOE. Por consiguiente el Gobierno puede hacer lo que estime más conveniente porque la ley se lo permite". En cuanto a los impuestos, Barea afirmó: "En el programa de convergencia que aprobaron en el Parlamento está claramente determinado que no es posible seguir aumentando la presión fiscal, entonces el recorte tendrá que venir por disminución de los gastos".