Matutes dimitirá en breve del consejo del Banco San Paolo
I. C. El ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes Juan, dimitirá en los próximos días de los dos consejos de administración a los que aún pertenece, el del Instituto San Paolo di Torino y el de una sociedad de fomento de las pequeñas empresas, según indican fuentes de su entorno.
Matutes aprovechó, el 30 de abril, el último consejo de administración en Turín de ese banco, el segundo de Italia, para despedirse de sus socios, a los que anunció que iba a ocupar un cargo incompatible con ese puesto, que desempeñó en representación de las empresas familiares. La carta formal de dimisión será enviada en los próximos días.
La familia de Matutes posee cerca de un 0,5% del capital de ese banco, que gestiona unos activos de 15 billones de pesetas, un volumen casi similar al del Banco Santander. El patrimonio personal del nuevo jefe de la diplomacia española ascendía en 1993, según sus biógrafos Joan Cerdá y Javier Uli, a unos 30.000 millones sin contar su participación en el banco italiano.
Manos libres
La mayoría de las cuarenta empresas de Matutes se dedican al turismo, pero ninguna ha efectuado inversiones en Cuba, porque el Político popular siempre ha querido tener las manos libres a la hora de poder criticar al régimen de Castro.
El Ejecutivo popular tiene la intención de suspender el grueso de la cooperación de Gobierno a Gobierno entre España y Cuba. En la práctica, esto significará sobre todo que dejará de concederle créditos con cargo al Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) con tipos de interés inferiores a los del mercado y plazos de reembolso dilatados.
El último Consejo de Ministros del anterior Gobierno socialista acordó, el 26 de abril, conceder un préstamo de esas características, por valor de 61 millones de pesetas, a La Habana para la compra en España de amasadoras de pan y hornos para fabricarlo. Lo hizo a pesar de la oposición del PP.
El Ejecutivo popular no suprimiría, sin embargo, ni las becas que otorga a cubanos para que estudien en España ni las actividades del recién creado Centro Cultural Español en La Habana. Mantendría la ayuda humanitaria al pueblo cubano a través de Organizaciones No Gubernamentales españolas o cubanas, pero, en este último caso, que ofrezcan garantías de independencia.
Los populares no se diferenciarán de los socialistas en la defensa de los intereses de las empresas españolas que hayan invertido en la isla y que pueden resultar amenazadas por la ley Helms-Burton.
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