Molins pide que no se agiten en los enfrentamientos entre las comunidades

El portavoz de Convergència i Unió (CiU), Joaquim Molins, dedicó la parte sustancial de su discurso a defender a Cataluña de las acusaciones, pasadas y futuras, de insolidaridad. por el nuevo sistema de financiación autonómica. "Basta ya de azuzar irresponsablemente los enfrentamientos interterritoriales" enfatizó. Molins habló después de que Felipe González reclamara inútilmente de Aznar los datos que consideraba imprescindibles para conocer el alcance del pacto sobre financiación autonómica.

Molins tampoco proporcionó estos datos, que no figuran en el documento público, pero argumentó que los mecanismos de solidaridad interterritorial que rigen en España van más allá de los habituales en países federales.Según dijo, estos mecanismos provocan una distorsión: las comunidades que,como Cataluña, aportan a la Hacienda pública por encima de la media reciben como financiación de los servicios que prestan por debajo de la media. Mientras, otras comunidades que por su menor nivel de desarrollo aportan menos reciben por encima de la media.

"Yo no sé si esta sitúación, que cuanto menos es insólita, es además injusta; me atrevería a afirmarlo", argumentó el portavoz nacionalista. "Pero convendrán conmigo en que de esta situación no pueden, responsable mente, difundirse infundios y acusaciones como los que reiteradamente se oyen. Cataluña, sus ciudadanos, no sólo no son insolidarios, sino que somos más solidarios ( ... ) que nadie en España. Y en grado tal que a nadie se le ocurre hoy en Europa exigir de nadie tamaña solidaridad". Pagar más de la media, sí; recibir menos de la media, no, vino a decir.Redistribución

Molins precisó que el sistema acordado con el PP no elimina el factor redistributivo de la pobreza relativa en el cálculo de los servicios transferidos: "Elemento, para nosotros, profundamente distorsionador", porque "la imprescindible solidaridad debe llevarse a cabo a través de fondos específicos", y citó el Fondo de Compensación Interterritorial y los Fondos Europeos Feder.

También dijo que el sistema acordado no incrementa el gasto del Estado. Lo único novedoso es que las comunidades con mayor esfuerzo fiscal compartirán con el Estado los beneficios de que el IRPF crezca por encima del PIB nominal.

González había pedido a Aznar que le explicara si en el sistema pactado con CiU hay o no topes a los beneficios del esfuerzo fiscal y qué año se tomaba como base para estos cálculos. De esta forma podrían calcular en qué se traducirá para cada comunidad la nueva fórmula.

Aznar no entró al trapo. Dirigentes de CiU han aclarado que habrá topes, como hasta ahora, en el 15% del IRPF antiguo y no los habrá en el nuevo. Tampoco los habrá cuando el sistema pueda extenderse a todas las comunidades y se unifiquen ambos tramos en un 30% del IRPF. Y que el año de cálculo del tramo nuevo será 1996 y del antiguo, 1993.

Molins defendió la conservación y mejora del Estado de bienestar v advirtió que quien quiera reclutar las prestaciones chocara con CiU, lo cual, según dijo, no es incompatible con la reducción del déficit público.

Abogó, no obstante, porque sea la sociedad civil la que asuma muchas de las prestaciones que administra hoy el "ineficaz" Estado. También propuso a Aznar una política de fomento del empleo, y especialmente del empleo estable, modificando si es preciso la reforma laboral.

El portavoz nacionalista felicitó a Aznar por haberse comprometido a suprimir la figura de los gobernadores civiles, argumentó que CiU se vio abocada a llegar a. un acuerdo con los populares porque el PSOE e IU se negaron a abstenerse en la votación de investidura, y tuvo unas palabras de reconocimiento hacia González por su labor al frente del Gobierno.

Molins le recordó a Aznar las diferencias que en el terreno nacionalista existen entre CiU y Partido Popular pese al pacto alcanzado: España es para los nacionalistas un Estado plurinacional, pluricultural y plurilinguístico y existe una comunidad linguísticia balear, catalana y valenciana, recordó el portavoz de CiU, quien reclamó respeto del resto de los españoles a la lengua y la cultura propia. Aznar no pasó de reconocer los hechos diferenciales.