Asombro en las facultades de Odontología públicas ante la oferta privada de plazas para el curso 96-97
Dos centros de Madrid ofrecen 300 y las seis públicas de toda España suman 461
El establecimiento oficial cada año del numerus clausus en los centros universitarios era inicialmente la historia de un permanente tira y afloja con el Consejo de Universidades. Al llegar la primavera se reabría en su seno un duro debate acerca del número de alumnos que podían o no ser admitidos en cada centro.Desde hace ya unos cuatro años académicos, esa tradicional discusión ha perdido tensión, puesto que parece haberse impuesto un sabio consenso en torno al viejo principio de que no hay más cera que la que arde. Ello se refleja en la inamovilidad absoluta de la oferta. En las seis universidades públicas que cuentan con facultad de Odontología (Complutense, Barcelona, Santiago, Sevilla, Murcia y Valencia), la oferta de plazas está estabilizada en 461 desde hace ya un par de cursos.
En tal contexto, los decanos de algunas de las facultades de Odontología públicas han manifestado su "asombro" ante la, para ellos, "increíble" oferta de plazas que harán para el curso próximo dos universidades privadas de Madrid: 200 La Universidad Europea de Madrid (antiguo CEES), que ya en el presente año académico matriculó a 200 alumnos, y 100 la Alfonso X el Sabio, que ofrece Odontología por primera vez.
Vicente Ortega, director general de Universidades de la Comunidad de Madrid, considera que la oferta privada en Odontología, "al margen de su elevado coste, constituye un alivio para la fuerte demanda que concita y que la universidad pública no puede cubrir". Ortega recuerda que el curso pasado hubo 630 solicitudes para esta carrera en el distrito madrileño y que su única facultad pública, la de la Complutense, sólo pudo atender a poco más de 100 alumnos. El director general asegura que no se autorizaría ni esa ni ninguna otra oferta si la Administración no tuviera constancia de que se cumplen las exigencias de la legislación.
Costosa especialidad
Sin embargo, José Francisco Lopez Lozano, decano de la facultad de la Complutense de Madrid, dice que no sale de su "asombro" ante el volumen de tal oferta, porque asegura saber "lo muy costosa que es la enseñanza de esta especialidad"."Yo no tengo nada en contra de la enseñanza privada", añade el decano de la Complutense; es más, estoy convencido de que todas las universidades privadas buscarán la excelencia, como lo hacen las públicas. Lo que me preocupa es que los centros privados puedan nutrirse fundamentalmente a base de aquellos alumnos que no consiguen plaza en las facultades de las universidades públicas y cuyos padres puedan pagar el alto coste de una enseñanza como ésta. Y conste que no pienso que la nota de selectividad garantice la excelencia del alumno; pero ésa es la norma que tenemos". "Por esa razón", agrega López Lozano, "yo he propuesto que, en los supuestos de solicitud de traslado de expediente, los centros públicos exijamos siempre al solicitante una nota de selectividad igual o superior a nuestra nota de corte".
El decano de la Facultad de Odontología de la Universidad de Barcelona eludió comentar la oferta privada, informa Teresa Cendrós.
Sí opina, en cambio, el vicedecano de la Facultad de Medicina de Murcia, Luis Alberto Bravo, quien asegura que en el campus de Espinardo también se aplicará el criterio de no admitir a estudiantes que intenten burlar, por medios económicos, la selectividad de la universidad pública, informa José Rocamora.
Bravo dice que no conoce los medios de que disponen los centros privados para hacer ofertas tan generosas de plazas como las que están haciendo, y que él en particular está preocupado por la calidad que se ofrece en la Universidad de Murcia.
En similares términos se manifestó el decano de la Facultad de Odontología de Sevilla, Pedro Bullón, informa Enrique Chueca. Bullón se mostró rotundo al afirmar que los alumnos que opten por la enseñanza privada deberán terminar la carrera bajo ese mismo régimen porque, según dijo, "la universidad pública no tiene capacidad para admitir ningún traslado".
Bullón señaló que la universidad privada, por su propia condición, tiene unas "connotaciones económica" que no tiene la pública, "en la que sólo buscamos la rentabilidad académica". "Quiero pensar que el número de ingresos en esas facultades estará en función del número de gabinetes disponibles para la docencia práctica. Si no disponen de la infraestructura adecuada, habría que pensar que han actuado a la ligera".
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