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"Sólo reclamamos los derechos que nos concede el Estatuto de Gernika"

El vicelehendakari, Juan José Ibarretxe, miembro de la comisión negociadora del PNV con el PP, considera injusto contraponer los términos solidaridad y desarrollo estatutario. Nacido en Llodio (Álava) hace 39 años, licenciado en Económicas y padre de dos hijas, cree que la sociedad española debe ser consciente de la singularidad que lleva consigo el Estatuto de Gernika.Pregunta. ¿El proceso abierto con la relativa mayoría del PP conduce a la reestructuración política del modelo de Estado diseñado en la transición?

Respuesta. A partir de ahora, las mayorías absolutas van a ser muy difíciles de conseguir y las alternativas. se reducen a seguir tratando de integrar a los nacionalismos en España o, por el contrario, reconocer que la estabilidad política del Estado requiere reconocer la diferencia, la especificidad política recogida en los textos estatutarios de estas nacionalidades. Ésta es la clave. Si se va por el primer camino, será muy difícil que nosotros lleguemos a comprometemos en la gobernabilidad. Si se nos acepta la diferencia, estaremos dispuestos a implicamos seriamente a nivel del Estado.

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P. ¿Cree abierta la vía al federalismo?

R. No lo sé. Más que por esas fórmulas genéricas acerca del Estado federal, los techos, las admistraciones únicas, el Estado compuesto..., nosotros creemos que lo que da credibilidad a cualquier planteamiento futuro es que se desarrolle el Estado autonómico; en nuestro caso, el Estatuto de Gernika.

P. ¿Las perspectivas no convierten al PNV en un aliado objetivo de esta situación? ¿No está interesado en que prospere un Gobierno del PP, dadas las circunstancias?

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R. En la medida en que se resuelva la asignatura pendiente del Estatuto. No hemos planteado la negociación en términos cuantitativos, materiales, sino cualitativos, de contenidos. Eso no significa que estemos ajenos al debate sobre la reforma de la Administración periférica del Estado, como la denominan. Pero es más urgente que el pacto estatutario tenga carta de naturaleza.

P. El PNV exige lealtad al pacto estatutario al tiempo que, periódicamente, invoca la vía de la autodeterminación, afirma que el Estatuto está superado y advierte de la posibilidad de establecer una alianza nacionalista contra el Estado. ¿Demasiadas alternativas y demasiado diferentes?

R. Lo que el PNV ha planteado es el desarrollo del autogobierno contemplado en el Estatuto. Pensamos que cuestionar la autonomía vasca sena una torpeza política enorme porque se, quebraría el pacto político hecho en la transición sobre el modelo de convivencia, el mínimo común denominador que puso de acuerdo a los nacionalistas vascos y los españoles. El proyectar ante la sociedad vasca un horizonte de frustración por la imposibilidad de hacer efectivo desarrollo del autogobierno tendría efectos muy perniciosos. Y sería también negativo no transmitir con claridad a la sociedad española que somos una comunidad que tiene derecho a una desarrollo diferente; ni mejor ni peor, diferente.

P. ¿El PNV está preparado para comprometerse en la gobernabilidad de España?

R. El PNV ya hizo ese debate en la investidura de Felipe González: Decidimos que, si se daban las condiciones objetivas para entrar en el Gobierno, entraríamos.

P. Una manera de no afrontar un reto es plantear condiciones de difícil cumplimiento...

R. Para la de José María Aznar lo único que hemos planteado es un compromiso, básicamente sobre el concierto económico, que acreditara que el PP está dispuesto a cumplir una ley orgánica como la del Estatuto de Gernika. A partir de ahí se puede articular un marco de acuerdo que permita avanzar en el desarrollo estatutario, de estabilidad al Gobierno y establezca un clima de confianza mutuo.

P. Las reivindicaciones sociolaborales planteadas por su partido tienen un calado político considerable. ¿Eso explica por sí solo las resistencias suscitadas o, como han dicho CC OO y UGT, son también fruto de una lectura unilateral nacionalista de esas materias estatutarias?

R. No hemos puesto sobre la mesa una posición de partido, sino el acuerdo de desarrollo estatutario aceptado unánimemente por el Parlamento vasco en octubre de 1995. El problema no ha estado en las lecturas unilaterales, sino en la resistencia a aceptar la diferencia, a asumir la singularidad de¡ Estatuto. No se termina de aceptar que, además de una Hacienda, una policía, unos medios de comunicación propios..., tenemos también una gran especificidad en el área socio-económica laboral. No son -un privilegio que ahora reclamamos. Son los derechos que nos otorga el Estatuto.

P. ¿No resulta un poco fuerte llamar mafiosos a los sindicatos?

R. No soy partidario de las escaladas verbales, pero que haya instituciones que cuestionen la singularidad del Estatuto vasco me parece grave porque nos coloca a todos en la disyuntiva de replantearnos si seguimos aceptando o no el Estatuto.

P. ¿Se ha, sorprendido el PP de las potencialidades que encierra la autonomía vasca?

R. El proceso negociador ha servido, primero, para que todos nos conozcamos más y, segundo, para que el PP haya conocido en profundidad el calado del Estatuto en la formación- profesional, el empleo, la gestión de la Seguridad Social...

P. ¿Cómo garantiza el PNV la solidaridad entre los españoles?

R. Desgraciadamente, la solidaridad ha sido utilizada demasiadas veces como un auténtico parapeto para no desarrollar el autogobierno previsto en el Estatuto. La solidaridad no pasa necesariamente por las fórmulas de gestión centralizada. ¿Qué impide ejercer esa solidaridad a través de fórmulas de gestión descentralizada si se garantiza un sistema único? Ésa es la propuesta que hacemos en relación con la Seguridad Social.

P. ¿Se refiere a la creación de un fondo, de solidaridad?

R. Sí. Los nacionalistas hemos propuesto un fondo de solidaridad de acuerdo con un modelo de riesgo compartido. No rehuimos para nada la cuestión de la solidaridad. Estamos dispuestos a comprometernos en esos principios. La única propuesta que hay en términos de fondos de solidaridad la planteó el Gobierno vasco en 1982. Contraponer los términos solidaridad y desarrollo estatutario es profundamente injusto. Es como manipular el debate y desnaturalizarlo.

P. Dónde situaría el PNV el mínimo, común denominador del conjunto de los españoles?

R. El mínimo común denominador de la sociedad vasca es el Estatuto de Gernika.

P. Hablo de la relación con el resto del Estado.

R. No. Lo que pasa es que estamos ante nacionalidades que tienen derecho a desarrollar su autogobierno... Nuestro techo y nuestro común denominador también respecto al Estado español sigue siendo el Estatuto. Los espacios comunes en que se moverá la relación Euskadi-España serán los que quiera la mayoría del pueblo vasco. La realidad es muy terca. A nadie se le puede obligar a. vivir donde no quiere ni como no quiere.

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