España ha realizado siete de los 200 trasplantes de células de cordón umbilical del mundo
La técnica experimental evitará recurrir a la médula ósea para tratar leucemias
En apenas un año, España ya ha conseguido almacenar en bancos de grandes hospitales y centros de transfusión casi 200 cordones umbilicales destinados a sustituir en un futuro próximo a los trasplantes a partir de médula ósea. De las 200 intervenciones experimentales que se han hecho en el mundo desde 1988 -la primera fue en París-, siete se han realizado en centros españoles con buenos resultados. La mayor disponibilidad de la sangre placentaria y su menor rechazo en el receptor abre grandes esperanzas para el tratamiento de leucemias, linfomas y algunos tipos de anemias.
El último de los trasplantes de células precursoras de la sangre obtenidas a partir de cordón umbilical se realizó la pasada semana en el hospital Vall d'Hebrón de Barcelona. El paciente era un niño con leucemia y el cordón procedía de un banco de EE UU.Si las expectativas de los es pecialistas se confirman, pronto acabará la penosa travesía por registros de medio mundo de algunos enfermos de leucemia en busca de un donante de médula ósea compatible. Cada hospital podrá disponer de otra fuente de células sanguíneas para trasplante: el cordón umbilical que se recoge y almacena tras el parto. El cordón contiene sangre placentaria con células precursoras del sistema sanguíneo capaces de crecer y con unas características que aumentan la compatibilidad con el paciente que las recibe y disminuyen el rechazo, que se da con frecuencia con los trasplantes a partir de médula ósea. Optimista ante el futuro, el coordinador nacional de trasplantes, Rafael Matesaz, augura: "Los registros de médula están condenados a desaparecer a medio plazo por la disponibilidad de cordones umbilicales".
A finales del pasado mes de febrero se habían almacenado en España casi dos centenares de cordones umbilicales en un total de 11 grandes hospitales y centros regionales de transfusión. De ellos, 106 pertenecen a donaciones altruistas tras el parto, y 87 proceden de hermanos recién nacidos de niños que padecen algún tipo de enfermedad sanguínea, ante la posibilidad de que puedan necesitar un trasplante. "La mayoría son niños que están en remisión tras un tratamiento con quimioterapia", explica el hematólogo del hospital Doce de Octubre de Madrid Rafael Bornstein.
La compatibilidad entre hermanos es de un 25%, pero dadas las características de la sangre placentaria, la intervención se puede realizar con buenas expectativas con menos antígenos comunes. Medio centenar de cordones conservados en este hospital pertenecen a donantes no emparentados. "Lo que hacemos es solicitar la donación a la madre sin que persista ninguna relación con el destinatario de la misma", explica Bornstein. "Eso sí, si en un futuro ese niño necesitara un trasplante, su sangre aparecería en la base de datos y, si no se ha utilizado, sería para él".En EE UU, se han puesto en marcha bancos privados en los que se almacenan todos los cordones de recién nacidos.
100 centímetros cúbicos
De cada cordón umbilical se extrae una media de 100 centímetros cúbicos de sangre que, tras su tipaje, se fragmenta y almacena en bolsas. El coste medio del almacenamiento es más caro el primer año, unas 100.000 pesetas, y la intervención ronda el millón. Buscar una médula compatible puede ascender a cinco millones.La pequeña cantidad de sangre que se obtiene de cada cordón ha hecho que la mayor parte de las intervenciones se hayan realizado en niños. "Parecía que el límite eran los 40 kilos, pero en los dos últimos años se está empezando a tener experiencia con enfermos de hasta 70 y 80 kilos de peso", explica Bornstein.
Los médicos no han divulgado datos sobre el estado de los siete pacientes que fueron intervenidos en España. El primero, a cargo de Manuel Nicolás Fernández, jefe del servicio de Hematología del hospital Puerta de Hierro, de Madrid. Nicolás, que ya ha realizado dos trasplantes, ambos en adultos, considera que se trata de una técnica "muy prometedora" y con perspectivas, aún no confirmadas, de que sus resultados puedan superar a los obtenidos con médula ósea.
Las estadísticas internacionales dan una supervivencia del 50% en enfermedades malignas y del 70% en otras como las anemias congénitas.
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