Tragedia en la 'octava isla'

Derrumbados, con rabia mal contenida y derrotados moralmente, regresaron ayer a Gran Canaria los empleados de la empresa Guaguas Municipales de Las Palmas. En Venezuela, convertida a golpe de emigración en la octava isla, quedaron los compañeros muertos y la esposa desaparecida tras la tragedia vivida en el caudaloso Orinoco. Una tormenta y la "negligente organización" acabaron con la ilusión del viaje de ocio que anualmente organizan los conductores de esta empresa. "Nos engañaron", repetían ayer los siete supervivientes de la curiara (lancha) turística que volcó en los rápidos del río a la altura de Puerto Ayacucho.Los 38 miembros de la expedición se levantaron la madrugada del pasado viernes creyendo que partirían hacia las cataratas del Salto del Ángel, en Bolívar, y terminaron en plena selva amazónica, en territorio colombiano. La agencia de viajes Travelplan había modificado sin previo aviso la ruta turística del día. Uno de los supervivientes, Antonio Alvarado, explicaba: "Fuirnos trasladados a una lancha colombiana porque las cuatro en las que navegábamos estaban sobrecargadas. Sólo había un salvavidas: el del guía. Cuando volcamos, nos agarramos entre nosotros y a la barca. Siete pudimos salvamos".

De los dos matrimonios que desaparecieron bajo las aguas, fueron rescatados tres cuerpos sin vida. Los supervivientes permanecieron cuatro horas en la selva, atendidos por unos indígenas, hasta que fueron rescatados por la Armada venezolana.

De los 700. empleados de Guaguas Municipales, unos cincuenta se van juntos de vacaciones desde hace años. Cuba o Tailandia, y en 1992 también Venezuela, han sido algunos países visitados. El presente viaje estuvo precedido por un largo conflicto laboral que se saldó con varias huelgas y llegó a provocar despidos masivos. Cuando el comité de empresa alcanzó un acuerdo con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, los organizadores modificron, por motivos económicos, el viaje que iban a realizar a Indonesia por otro a Venezuela. Para ello, los conductores de la empresa municipal destinan mensualmente 5.000 pesetas de su salario y realizan derramas de 15.000 pesetas en las pagas extraordinarias.

Esta vez, el grupo se redujo a 38 miembros, porque algunos se quedaron en tierra al conocer el país de destino. Ayer se produjo el regreso con la intención de olvidar la tragedia pero no de perdonar. "Demandaremos a quien haga falta", confirmaba el secretario del mencionado comité de empresa, Rafael Marrero.

La sala de espera del aeropuerto de Gran Canaria era ayer un hervidero. Varias guaguas (autobuses) transportaron a un amplio grupo de compañeros, familiares y amigos que acudieron a recibir a los expedicionarios. El calor del encuentro proporcionó consuelo a los protagonistas de la tragedia, pero no impidió que las escenas de dolor, rabia y llanto se repitieran. "Alguien tendrá que responsabilizarse de, lo sucedido. Lo vivido ha sido un grave error que nunca tuvo que pasar", señaló otra de las supervivientes.

Junto a ellos viajaba el teniente de aIcalde del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, que se había trasladado a Venezuela el pasado sábado para acompañar a los trabajadores con los que mantuviera largas y tensas reuniones hace apenas unos meses. La corporación municipal ha mostrado su total apoyo para exigir las correspondientes responsabilidades y contribuir al mantenimiento de los cinco hijos, entre 17 y 4 años, de los matrimonios José Carlos Sosa y Juana Tavío Sánchez, y José Santana González y Soledad Rodríguiez Duque.

El Gobierno venezolano también ha anunciado la apertura de una investigación al respecto, y ha anunciado "sanciones ejemplares" en el caso de que se demuestre la existencia de irregularidades. La agencia Travelplan, por su parte, difundió ayer un comunicado en el que asegura haber cumplido "en todo momento" la normativa establecida para los servicios contratados y que, en todo caso, también ha abierto una "exhaustiva" investigación sobre lo ocurrido.

El cónsul general de España en Caracas, Jesús Rodríguez Andía, realiza los trámites para trasladar los féretros Con los cadáveres de las víctimas.