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Reportaje:QUÍMICA: PRODUCTOS DE LIMPIEZA

La química de los detergentes cumple medio siglo

Un detergente moderno parece un simple polvo blanco pero puede tener hasta 30 ingredientes distintos. Es un cóctel químico en el que cada componente debe mantener su eficacia respecto al problema que debe encarar, sean las manchas o la protección de los colores. Y detrás de todo ello hay un sector con una parte importante de investigación y desarrollo en el que la tecnología es tan importante como la mercadotecnia. "Es que la lavadora es un reactor químico muy complicado", explica Manuel Navarro, director científico en España de la empresa Procter & Gamble, que hace 50 años sacó al mercado (en Estados Unidos) el primer detergente moderno.Los detergentes son un sector guiado por el consumo y por la competencia, reconocen las empresas del sector. Gran parte de su investigación y desarrollo va encaminada a satisfacer las nuevas necesidades de los consumidores a medida que van cambiando sus hábitos de lavado. Los mercados mundiales han hecho que los científicos busquen ahora para los detergentes características de todo terreno, que sirvan para países con tipos de lavado y de ropa distintos. Así se centraliza la investigación y desarrollo de la empresa. Una parte importante de los avances habidos en los últimos años se han encaminado a hacer los detergentes casi inocuos en el aspecto medioambiental.

La química de los detergentes se basa en fórmulas que no sólo combinen decenas de ingredientes sin interacciones indeseadas sino que potencien unos a otros. El origen de las materias primas es variado. Hay sustancias orgánicas, inorgánicas, algunas naturales y otras de síntesis. Pero la base son los tensioactivos, agentes que modifican la tensión superficial del agua en que se disuelven para que penetre mejor en los tejidos. "El jabón es un tensioactivo, pero mucho menos eficaz que los tensioactivos modernos de los detergentes", señala Navarro. Pero con un tensioactivo sólo poco se puede lavar. Ya en 1946 el primer detergente tenía además un secuestrador de la dureza (anticalcáreo) y poco después se añadió un antirredepositor. Éste es un agente que se encarga de evitar que la suciedad se vuelva a depositar, ya que si no la ropa saldría limpia de manchas pero de un color gris uniforme. El primero fue la carboximetilcelulosa; luego vinieron otras sustancias que en suspensión rodean a la suciedad con una carga iónica para evitar que se una y por peso se deposite en la ropa.

Los productos blanqueantes, que rompen las moléculas que dan color a la mancha, es una de las áreas en las que más se ha avanzado. Desde que en los años cincuenta se introdujo el perborato han ido utilizándose blanqueadores mejores para los nuevos hábitos de lavado. "Lo fundamental ha sido conseguir sistemas de blanqueo que sean eficaces a baja temperatura" explica Navarro. "España, por ejemplo, es el país de Europa que lava a temperatura más baja".

Las enzimas, muy importantes en los detergentes actuales, se empezaron a utilizar a finales de los años sesenta y, al ser catalizadores, con muy poca cantidad se consiguen resultados. Como son sustancias orgánicas naturales son biodegradables y no plantean problemas medioambientales. Y además son eficaces. Las primeras fueron las proteasas, para la suciedad de tipo orgánico, luego vinieron otras y el último grito es una enzima, que producen hongos, destinada a impedir la formación de bolitas en la ropa de algodón.

En cuanto a la espuma, es una consecuencia directa de los tensioactivos que el consumidor suele asociar con la eficacia, pero en las lavadoras automáticas el reto de los técnicos ha sido reducir la espuma con sustancias añadidas. El perfume es un factor asociado a lo que quiere al consumidor y no a la eficacia, pero también se añade para tapar el olor desagradable que tendría el detergente sin él.

Y en este cóctel químico también hay blanqueantes ópticos que absorben la luz ultravioleta y la emiten en el rango visible, con lo que la ropa parece más luminosa, y protectores de los metales y.... La lista no tiene visos de dejar de crecer.

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