Un ganadero del Reino Unido vendió vacas de una manada enferma
Magistrados de Worcester, en Inglaterra, impusieron ayer una multa de 10.000 libras (casi dos millones de pesetas) a Joseph Roper, ganadero de la zona, por violar la normativa impuesta para controlar la epidemia de Encefalopatía Bovina en el Reino Unido. Roper se confesó culpable de haber mentido al vender en agosto y septiembre pasado cuatro vacas de una manada en la que se habían dado casos del mal de las vacas locas. La normativa vigente en esa fecha, -mucho antes de que se desatara el pánico provocado por 10 nuevos casos de la versión humana de la encefalopatía bovina-, impedía a los ganaderos vender sus reses a menos que hubieran estado libres de la epidemia en los últimos seis años.También en Dorset fue multado ayer con 3.500 libras otro criador de reses, el barón Richard Glynn, al probarse que intentó vender sus vacas pese a haber padecido un brote de la epidemia en su granja. Ambas multas se producen en vísperas del anuncio que hará el Ministerio de Agricultura del programa final de eliminación de la cabaña de reses mayores de 30 meses en el país.
Por otra parte, un equipo del Instituto Nacional de Alteraciones Neurológicas de Bethesda (Estados Unidos) dirigido por los doctores G. Hsich, K. Kennedy y C. J Gibs, está desarrollando una prueba específica para la encefalopatía espongiforme que ha causado la llamada epidemia de las vacas locas en el Reino Unido, informa en Barcelona Milagros Pérez Oliva. Esta enfermedad tiene un largo periodo de latencia, que puede durar años. Ahora, sólo se puede tener constancia de la enfermedad cuando aparecen los síntomas neurológicos.
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