La incineradora ya quema sin limitaciones

La incineradora de Valdemingómez terminó el 30 de marzo sus primeras pruebas. La caldera sólo pudo quemar el 5% de la basura que cabe en sus depósitos. Ahora ya puede incinerar sin limitaciones -en tres meses llegará al 100%-, de manera que se puedan medir las dioxinas que escapan por la chimenea. Hasta ahora, el escaso porcentaje de basura impedía la medición. La Consejería de Medio Ambiente aguarda los primeros datos sobre la segunda fase de quemado para vigilar que no excedan el límite impuesto: 0,1 nanogramos de dioxinas por metro cúbico de aire.

"La incineradora puede quemar basura desde el día 30 de marzo sin limitación de cantidad, pero nosotros sí limitamos la emisión de contaminantes", explica Silvia Enseñat, viceconsejera de Medio Ambiente.Del 1 al 5 de marzo, los responsables de la planta iniciaron el incremento gradual en el llenado de las calderas. Se quemaron en cinco días 254 toneladas de basura, a razón de 50 diarias, lo que significa más del 8%, según los datos facilitados a este periódico por el concejal de Medio Ambiente, Adriano García Loygorri (PP). Hasta ese momento sólo quemaban 30 toneladas de media al día. "En este mes calculo que se podrá quemar suficiente basura como para iniciar la medición de las dioxinas", dice el edil. Y matiza: "Aunque las mediciones de dioxinas con el 15% de basura en el horno no serán tan fiables como cuando incineremos el 100%".

Desde diciembre, cuando laplanta arrancó en pruebas, hasta hoy sólo se han medido las partículas en suspensión, el monóxido de carbono y el ácido clorhídrico que provoca la combustión, con resultados muy satisfactorios para el Ayuntamiento: nunca se superaron los límites establecidos, según la información facilitada por la Concejalía de Medio Ambiente.

Al aire libre

También se han analizado las primeras cenizas y dioxinas que ha producido la combustión. "No son tóxicas", asegura García Loygorri. Ahora se acumulan al aire libre, en un lugar acotado por ladrillos junto a los hornos de Valdemingómez.Del 6 al 11 de marzo, la incineradora de Valdemingómez estuvo parada "por cuestiones técnicas", explica García Loygorri. "Se estuvieron ajustando los equipos".

El gobierno municipal, del PP, espera llegar al verano con el horno de Valdemingómez a pleno rendimiento, quemando 600 toneladas diarias (Madrid produce 3.000).

'Si las emisiones de partículas tóxicas (dioxinas y furanos) no superan los límites máximos est0ablecidos por la Comunidad de Madrid, se iniciará una nueva fase de pruebas durante seis meses para confirmar que durante amplios periodos de incineración se mantienen los límites de emisión de gases. "Si en ese momento se demuestra que no se cumplen los límites, la Comunidad de Madrid nos ha dado otros seis meses para hacer los ajustes necesarios", dice García Loygorri.

El Ayuntamiento de Madrid pretende instalar un sofisticado sistema de duchas de carbono activo para evitar que las dioxinas escapen por la chimenea. Este sistema, que cuenta con financiación de la Unión Europea, cuesta 71 millones de pesetas.

Vertedero de seguridad

También quiere construir el municipio un vertedero de seguridad para almacenar las cenizas tóxicas que puede producir la planta. El proyecto de esta instalación está recurrido por la Fiscalía de Madrid y recibió más de 400 alegaciones. Las principales quejas se referían a su localización, sobre un acuífero situado a 14 metros de la superficie y que vierte sus aguas al río Manzanares.Ecologistas, vecinos, grupos políticos (IU y PSOE) y algunos gobiernos municipales (Rivas-Vaciamadrid y Getafe) rechazan la instalación y reclaman su cierre.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid admitió a trámite hace un mes el recurso de la fiscalía contra la puesta en marcha de la incineradora: El alcalde, José María Álvarez del Manzano, está convencido de que la justicia mantendrá abierto el horno, que ha costado 15.000 millones de pesetas.