Cuiden las estatuas
El Ayuntamiento de Madrid debería tener más cuidado con la conservación y limpieza de las numerosas estatuas que pueblan los jardines del parque del Retiro. Concretamente, las que ocupan el paseo de Argentina, calle que va desde el estanque hasta Alfonso XII, son un conglomerado de 13 monarcas españoles pertenecientes a diversas dinastías (dos a la Casa de Austria, dos a la visigoda, dos reinas de Castilla y León, dos reyes llamados Sancho IV -el uno de Castilla y el otro de Navarra-), todos inmersos, a excepción de tres, en el más deplorable de los abandonos y con una suciedad impropia del caso. Al que no le falta una mano le falta un brazo, y al que no le falta un brazo le faltan las narices.Para cualquier espectador imparcial, este panorama se complica con otros detalles: nadie duda de que estas esculturas deterioradas se han colocado en este lugar porque no había otro donde ponerlas, con la agravante del revoltijo dinástico descrito. Tampoco pasa inadvertido a estas mismas personas el hecho grotesco, por llamarlo de una manera suave, de que al rey Gundemaro se le llame "Gunde". Por lo visto, a la persona que en su día pintó este nombre en el pedestal correspondiente no se le aleccionó convenientemente 31 plasmó sólo lo que vio en la mala hendidura de la piedra.
Con todos los respetos, señor alcalde, me permito indicarle que el Retiro no debe ser el punto final de unas ruinas escultóricas. Merece una atención más adecuada porque por algo, dígase lo que se diga, es el más bello vergel de que disponemos los madrileños. Un paseo por el mismo en un buen día de primavera un otoño resulta siempre tonificante.-
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