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Los serbios de Bosnia agrupan a sus últimos prisioneros de guerra

Los serbobosnios parecían ayer dispuestos a aceptar las condiciones de la comunidad internacional, que exige la liberación de los prisioneros de guerra como requisito indispensable para su participación en la conferencia de reconstrucción de Bosnia-Herzegovina que se celebrará el viernes y sábado en Bruselas. Los 16 combatientes que los serbios aún mantienen en su poder fueron agrupados ayer en Pale y puestos a disposición del Tribunal de La Haya, acusados de crímenes de guerra.

El representante civil para el cumplimiento de los acuerdos de paz en Bosnia, Carl Bildt, anunció ayer en Tokio que mañana tomará una decisión definitiva sobre la participación de los serbios en la Conferencia de Bruselas. La reunión internacional de donantes debe aprobar una aportación de 150.000 millones de pesetas para la reconstrucción de Bosnia, que se sumarán a los 75.000 millones comprometidos desde diciembre.El reagrupamiento de los 16 prisioneros de guerra croatas y musulmanes en Pale, la capital serbobosnia, se ampara en los términos de los acuerdos de paz de Dayton, que autorizan a no liberar a aquellos detenidos sospechosos de haber cometidos crímenes durante el conflicto.

Mientras tanto, las autoridades serbobosnias aseguraron ayer que seguían exhumando cadáveres de la fosa común de Mrkonjic Grad, en una zona del noroeste de Bosnia que fue devuelta a los serbios por las tropas croatas en cumplimiento de los acuerdos de paz de Dayton. Según informaron fuentes forenses serbias, 102 de los 104 cuerpos hallados presentaban heridas en la cabeza, así como orificios de bala aparentemente producidos por disparos a bocajarro.

Por otro lado, el soldado español de la fuerza internacional de paz en Bosnia Sergio Fernández Sanromá, de 22 años, seguía ayer ingresado en estado de coma en el hospital de Split (Croacia). Fernández sufrió heridas graves en un accidente de tráfico ocurrido el sábado cuando disfrutaba de un permiso junto con otros tres militares españoles, que evolucionan favorablemente de sus lesiones.

El régimen de Belgrado dio ayer un paso trascendental para acabar con su aislamiento internacional al reconocer a la antigua república yugoslava de Macedonia. El intercambio de embajadores entre SkopJe y la actual República Federal de Yugoslavia (RFY, Serbia y Montenegro) era la exigencia que la Unión Europea (UE) planteaba para autorizar el establecimiento de relaciones diplomáticas entre los Quince y el Gobierno de Belgrado.

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