Pujol cree que hay que replantear el actual modelo autonómico

Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Cataluña, cree que, los nacionalistas les conviene "que haya una segunda transición porque nos permite volver a hablar de autonomía. Y tal vez, pesar de todo, en un clima más favorable". Estas declaraciones forman parte de una entrevista realizada por Andreu Missé para el último capítulo de Memorias de la Transición, que mañana se entregará con el ejemplar de El PAÍS.Pujol piensa en un cambio profundo, "un cambio que no sea el Café para todos, que reconozca la especificidad". "Desde la perspectiva catalana será necesario replantear el modelo autonómico. Replantearlo, procurando hacerlo dentro del marco de la Constitución y del marco del Estatuto".

Pujol agrega que "púede que ahora haya un cambio, no como un terremoto, sino un momento de cambio más pausado", pero que puede permitir que una parte de la opinión pública española se de cuenta de lo positivo de esa si tuación, y estima que "Cataluña hizo una aportación de moderación en la transición muy loable, muy de agradecer". Esta moderación estuvo también en Carrillo e, incluso, en Fraga". Señala que el ex dirigente comunista _tuvo un gran mérito durante la transición porque tanto él como el PCE "no tenían complejos, no tenían vergüenza -lo digo en el sentido positivo- tenían la experiencia, como la tenía Tarradellas".

De este último, Pujol revela que todo el mundo pensaba que vendría a restaurar la Generalitat traído por todos los partidos políticos, pero el propio interesado no quería saber nada de ellos. "Tarradellas vino con un tampón de presidente de la Generalitat en el bolsillo y nada más. Pero claro, una vez que Tarradellas estaba aquí, los nacionalistas nos pusimos a su disposición".

Pujol informa que Miquel Roca y él, con la complicidad de Adolfo Suárez, consiguieron introducir el término nacionalidades en la Constitución, "aunque Tarradellas no quería. González sí, pero no fue idea de los socialistas ni de Felipe". El presidente de la Generalitat confiesa no sentirse satisfecho de lo conseguido, pero "de todas formas nunca hemos tenido tanto durante tanto tiempo desde 1714 [fecha del fin de la guerra de Sucesión, momento en el que la nueva dinastía borbónica implantó un fuerte centralismo]". El último capítulo se, completa con artículos de Javier Pradera, Santos Juliá y Josep Colomer.