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Bombardeos rusos en Chechenia pese al alto el fuego que anunció Yeltsin

Los militares rusos bombardearon ayer la aldea chechena de Shalazhí, confirmando los temores de que el plan de paz y el alto el fuego, anunciados por el presidente Borís Yeltsin el domingo pasado pueden quedar en nada ante la resistencia del Ejército, que sostiene que seguirán las "operaciones especiales" para desarmar a los "bandidos" del líder independentista Dzhojar Dudáiev. Mientras, en Moscú, Yeltsin fue regisrado oficialmente en la Comisión Electoral Central como candidato a la presidencia.

Siete veces sobrevolaron los aviones rusos en la noche del martes al miércoles Shalazhí, a unos 50 kilómetros al suroeste de Grozni, y lanzaron bombas sobre las casas de la aldea donde se había firmado el acuerdo tripartitó -autoridades locales y militares y Gobierno prorruso- de paz y reconciliación.Viacheslav Tijomírov, comandante de las fuerzas federales en esa república norcaucásica, negó que el bombardeo fuera el resultado de sus instrucciones. "No he dado orden de abrir fuego [contra Shalazhí] y las tropas bajo mi mando no lo han hecho", dijo Tijomírov a Yunadi Usámov, vicejefe del Gobierno prorruso en Grozni. De creer a Tijomírov significaría que un oficial de más alto rango dio la orden de bombardear la aldea con la que se, acababa de firmar un acuerdo de paz. Cabe recordar que, a comienzos de la guerra, el ministro de Defensa, Pável Grachov, negó que sus aviones estuvieran bombardeando Chechenia, aunque más tarde, ante la evidencia de los hechos, tuvo que reconocerlo.

Numerosos aldeanos que huyeron ayer de Shalazhí dijeron que la mitad del. poblado había sido destruido a consecuencia (te los bombardeos nocturnos y que había decenas de heridos. Los soldados rusos no permitieron ayer a los periodistas entrar en Shalazhí.

Mientras tanto, el comandante guerrillero Shamil Basáyev, como se esperaba, desmintió que estuviera dispuesto a entregarse a los rusos, como altos oficiales habían asegura do el martes. Más aún: los hombres de Basáyev atacaron ayer las posiciones del 506º Regimiento Motorizado en la zona montañesa de Vedenó, en el sureste de Chechenia.

Dzhojar Dudáiev, por su parte, intervino el martes en la noche por la televisión rebelde clandestina y declaró que no entrará en negociaciones con los rusos hasta que no se hayan retirado todas las tropas federales del territorio checheno. Las fuentes de las fuerzas rusas en Grozni citadas por la agencia oficial Itar-Tass agregaron que el líder independentista aseguró que está dispuesto a continuar la guerra "hasta el último checheno" si los militares no abandonan la república rebelde.

En Moscú, Borís Yeltsin lanzó oficialmente su campaña para ser reelegido presidente de Rusia, después de que la Comisión Electoral Central lo registrase ayer como candidato en los comicios de junio, al reconocer la validez de más de un millón de firmas presentadas.

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Para poder ser inscrito en la papeleta electoral, los candidatos deben reunir, como mínimo, un millón de firmas entre sus partidarios.

"El destino de Rusia depende de cómo voten los rusos. Pueden votar para continuar participando en la administración del Estado o pueden votar de manera que se vean privados de este derecho. Confío en su inteligencia y en su amor a la patria", declaró Yeltsin en la sede de la Comisión Electoral Central. Hoy Yeltsin viaja en una visita de dos días a la provincia de Bélgorod, en el suroeste de Rusia.

Los líderes de Rusia Democrática, movimiento que últimamente había estado en la oposición a Yeltsin, decidieron ayer apoyar al actual presidente en las elecciones de junio. "Sólo una figura fuerte, que tiene en sus manos las palancas de dirección del Estado y la experiencia correspondiente, puede evitar un desarrollo catastrófico de los acontecimientos", opinan Lev Panomariov y Gleb Yakunin, copresidentes del Rusia Democrática.

División del generalato

El Partido Comunista ruso encargó, según Moskóvskiye Nóvosti, un informe a expertos militares con el fin de establecer las simpatías de los altos oficiales. De acuerdo con este trabajo, el generalato se divide en cinco grupos: los que apoyan a Borís Yeltsin; los que han adoptado una posición de espera frente a las elecciones de junio próximo; los que están en la, oposición al ministro de Defensa, Pável Grachov; los generales en, retiro que apoyan abiertamente a los comunistas, y el equipo de Grachov.La conclusión del informe es que el Ejército tratará de permanecer alejado de la lucha electoral pero, si la situación degenerase, parte de los militares se pondría al lado de la oposición. Según el documento, un sondeo de enero mostraba que el. político más popular en el Ejército es el comunista Guennadi Ziugánov (21,5%), seguído del ultranacionalista VIadímir Zhirinovski (18,4%). Yeltsin ocupa el sexto lugar (4,2%).

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