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El Banco de España exige un ajuste fiscal duro e inmediato, incluso sin esperar al Presupuesto

El Banco de España, en su mejor tono admonitorio, envió ayer tres mensajes a los Gobiernos presente y futuro. El primero y más importante, que la buena situación económica se puede perder si no se aplica rápidamente "un programa que garantice un avance rápido y decidido en la reducción del déficit público", se mantiene el mecanismo de indiciación de precios y no se avanza en la liberalización económica. El segundo, que la política monetaria "se orientará en los próximos meses a crear las condiciones favorables para consolidar los logros alcanzados en materia de inflación", aunque hay expectativas de recorte de tipos. El tercero, que la situación de la economía es buena, mejor de lo esperado.

El Informe sobre la Inflación del Banco de España, elaborado en marzo, advierte a los gobiernos presente y futuro que "para seguir reduciendo la tasa de inflación, resulta indispensable superar el clima de incertidumbre sobre el proceso de consolidación fiscal, eliminar los mecanismos de indiciación de rentas y precios y avanzar en la liberalización de la economía". Este mensaje admonitorio va con otro que subraya "la prudencia que ha de enmarcar la actuación de la política monetaria, si se quiere alcanzar un crecimiento no inflacionista y, por tanto, sostenido"; y por un tercero que admite: "La inflación alcanzada a comienzos de 1996 constituye un punto de partida sólido para seguir avanzando hacia la estabilidad de precios y la Convergencia"En su primer mensaje, el Banco de España no disimula su inquietud por la ausencia de un auténtico ajuste presupuestario en "ejecución estricta" del Programa de Convergencia. Esta ausencia es, con la falta de competitividad, el obstáculo principal para reducir los precios y, por tanto, para bajar los tipos.

Argumenta el banco emisor que "el esfuerzo de consolidación fiscal realizado en 1995 fue modesto, dada la dimensión del desequilibrio existente y se centró (...) en medidas de eficacia transitoria". Aunque reconoce que la prórroga del Presupuesto de 1996 y las medidas de contención del gasto pueden controlar el déficit en el 4,4% del PIB, recuerda que "el tipo de consolidación fiscal implícito en las decisiones ya adoptadas, aunque pueda garantizar el objetivo del Programa de Convergencia para el año, no se sitúa en la senda requerida para lograr una reducción permanente y sostenible del déficit público, ya que está basado en medidas reversibles".

El Banco remacha: "Las medidas adoptadas para 1996 (...) no incorporan elementos de reforma que faciliten la necesaria reducción del déficit público hasta el 3% en 1997 y menos aún que permitan pensar que ese nivel mas reducido de déficit sea sostenible en el futuro". De forma que "la adopción de las medidas oportunas para el recorte sostenible del gasto público, sin que sea necesario esperar al presupuesto de 1997, reportaría grandes. beneficios a la economía española". El Banco reclama "un programa que garantice un avance rápido y decidido en la reducción del déficit público".

Considera indispensable "eliminar el mecanismo de indiciación de rentas y precios y avanzar en la liberalización de la econo mía". En un clima de baja inflación, "los mecanismos de indiciación de rentas y precios [fijar salarios y costes sobre el IPC] pierden su justificación y pueden ser, por el contrario, un obstáculo infranqueable para eliminar la ya corta distancia que nos separa de las tasas de inflación europeas".

Entiende accesible el objetivo de inflación del 3% en 1997 y advierte que "la política monetaria se orientará en los próximos meses a crear las condiciones" para consolidar los logros inflacionistas. Recuerda que el descenso de precios "hay que tomarlo con cautela" y entiende que "debe subrayarse la prudencia que ha de enmarcar la actuación de la política monetaria si se quiere un crecimiento no inflacionista".

Sugiere que seguirá la reducción de tipos. "En el último semestre se ha registrado una revisión a la baja (...) en las expectativas sobre los tipos futuros", por la mejora de la expectativas de inflación. "El comportamiento reciente de los agregados monetarios y crediticios aporta un mensaje en la misma dirección".

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